A través de registros en video con aparatos de última generación, permite recopilar información para una mejor conservación de la fauna nativa y las posibles amenazas que puedan enfrentar.
El detectar en qué zonas se distribuyen tanto las especies nativas, como el gato Colocolo, chingue, güanacos y zorros, entre otras, como también amenazas para ellos, debido a la presencia de caballos y perros, o también especies introducidas como el conejo y la liebre, es una de las ventajas del sistema de monitoreo por cámaras trampa que está implementado en el Parque Nacional Bosque Fray Jorge, administrado por la Corporación Nacional Forestal (CONAF).
El monitoreo por cámaras trampas se inició el 2020, año en que ya entregó importantes resultados para poder planificar el trabajo en medidas de conservación y así poder definir mejor los puntos o zonas donde trabajar, por ejemplo, en disminuir el tipo de amenazas. Por ello, cada año, en el mes de julio, se realiza la reubicación de las 30 cámaras trampa, dando inicio así al monitoreo anual de biodiversidad y amenazas al interior de este parque nacional.
Uno de los aspectos que más resaltó el administrador de Fray Jorge, Francisco Gascogne, es que “con la instalación de estas 30 cámaras, tenemos la posibilidad de poder detectar amenazas que son difíciles de ver, como también realizar un mapeo para poder establecer la concentración de la fauna nativa y de las amenazas dentro del parque y así posteriormente realizar una estrategia de control”.
Para ello, precisó Gascogne, todos los años “a fines de julio se cambian estas cámaras a otro sector, donde continuamos el monitoreo por dos meses al año. Esto además nos permite observar especies de fauna que son muy esquivas. Por ejemplo, con las cámaras pudimos observar y confirmar la presencia del gato Colocolo y el chingue”.
Las fotografías que se obtienen de este monitoreo son posteriormente clasificadas y analizadas para dejar la información disponible en una plataforma nacional de fotomonitoreo del Sistema Nacional de Áreas Silvestres Protegidas del Estado (SNASPE), facilitando la información para la toma de decisiones basada en evidencia de estas área protegidas en particular. La actividad forma parte de una red de monitoreo distribuida en 30 áreas protegidas de todo el país con más de 900 cámaras que ya han realizado más de 350.000 registros a nivel nacional.
Uno de los aspectos que más resaltó Diego Valencia, jefe de la Sección Monitoreo e Información del Sistema Nacional de Áreas Protegidas del Estado (SNASPE) de CONAF, fue que “como Corporación estamos impulsando fuertemente el monitoreo a través de cámaras trampas, porque bajo esta metodología junto con conocerse las amenazas que pudieran existir para nuestra fauna, nos ha permitido poder certificar la presencia de especies que se creían que estaban en el lugar, pero que no había registro de ellas. Por lo mismo, actualmente estamos planificando la compra de más cámaras, para seguir abarcando más áreas protegidas a nivel nacional”.
Importancia del monitoreo
El monitoreo de vida silvestre consiste en el seguimiento y registro de datos de individuos, poblaciones o comunidades de especies a largo plazo, con el fin de observar cambios temporales o espaciales en su abundancia, distribución o comportamiento, que ayuden a mejorar el entendimiento de su ecología y de los factores que influyen positiva o negativamente sobre ellos. Entre los factores que podrían afectarlos negativamente se encuentran las especies exóticas invasoras e introducidas, las cuales además de depredar sobre la vegetación y fauna nativa en general, también representan una vía de propagación de plantas exóticas y enfermedades zoonóticas que son transmitidas, por ejemplo, desde el ganado y los perros a especies nativas, como el guanaco o los zorros, en el caso de Fray Jorge. Este conocimiento es fundamental para la toma de decisiones de conservación y manejo adaptativo.
En los monitoreos del 2020 y 2021 en este parque nacional, se han registrado entre 4 y 2 especies de carnívoros, respectivamente, además de los guanacos que representan una población reintroducida exitosamente y que son objetos de conservación de esta área protegida. Por lo general la abundancia y diversidad de carnívoros son indicadores de la calidad del hábitat, ya que cuando los depredadores tope, como los pumas, están presentes en el territorio, es indicador de que contamos con un ecosistema saludable. En ese sentido, el Parque Fray Jorge representa un refugio para la biodiversidad más completa y mejor conservada de la región, según los resultados obtenidos.
Sin embargo, en los respectivos años también se han registrado dos especies exóticas invasoras, como conejos y liebres, y entre dos y tres especies introducidas como caballos, burros y perros, los cuales representan una amenaza para la biodiversidad del parque. La identificación de la ubicación geográfica de estas especies exóticas dentro de la unidad, así como sus tasas de ocupación de sitios, permite priorizar y orientar eficientemente los recursos para el control de estas amenazas.
Cabe recordar que si se visita este parque nacional o cualquier otra área protegida del Estado, debe hacerlo sin animales domésticos, como perros y gatos, porque su acceso en el área está prohibido, ya que pueden depredar o ahuyentar la fauna local y son vectores de enfermedades.
Por último, es importante que el visitante acuda con el mayor cuidado posible para no convertirse en una amenaza, evitando actividades que están prohibidas como encender fogatas, dejar basura, realizar caza o pesca de fauna silvestre, de tal forma de poder seguir disfrutando de los contribuciones ambientales que este ecosistema y la naturaleza provee para todos los habitantes y visitantes de estas unidades.