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Chile: codiciado por siempre

Estamos apreciando que cada vez más, se va perdiendo todo lo que conforma el alma y la tradición de nosotros los chilenos.

El trabajo sistemático de heterogéneos poderes fácticos que han codiciado por siempre esta tierra y, por tanto, destruir nuestra cohesión para eliminar la resistencia interna y apoyados por personas que han sido seducidos por prebendas de dinero o figuración social, está provocando que estemos llegando a un estado crítico y, por ende, se debe meditar muy bien, ¿Qué convivencia y país queremos construir?

Recordemos que los países para ser respetados a nivel internacional deben tener lo que se denomina “Poder Nacional” y que está sustentado en el “Poder Interno” (cohesión social) y, “Poder Externo” (capacidad de ser reconocido por los demás Estados). Para que funcione el Poder Nacional requiere de elementos mínimos, como ser:  el territorio, la población y la soberanía, sí estos se pierden no hay Estado y menos Poder Nacional.

Sí, nos remontamos en el corto tiempo podremos apreciar como se ha ido mermando la capacidad del país, recordemos como se han orquestado las huelgas generalizadas, conatos revolucionarios, atentados terroristas concertados. Paralelo a ello, lamentablemente tenemos las catástrofes naturales que regularmente afectan el territorio que también provocan daños a las personas y a los bienes.

Por otro lado, tenemos el accionar en algunos casos velados y, otras en forma directa de países que facilitan el ingreso de fuerzas paramilitares, la infiltración paulatina y clandestina de extranjeros disociadores, el tránsito expedito de drogas para afectar la juventud del país, el incentivar y aportar recursos para el accionar de personas del mismo país, todo con el fin de debilitarlo.

Traigo a la memoria una cita clave del libro; “El Arte de la Guerra” de Sun Tzu, del cual, los conductores del marxismo lo han utilizado desde la década del 60, el cual nos dice; “ganar cien victorias en cien batallas no es la culminación de la pericia. Someter al enemigo sin luchar es la excelencia suprema” y es lo que se está produciendo en el Chile de hoy. De allí, que es bueno recordar que en el periodo de 1970-73 estuvo a punto de consumarse la caída de la República desde dentro, donde la crisis fue total, donde se dio una división en facciones políticas irreconciliables casi hasta la guerra civil, e incapaces de poder tener un destino común.

De allí, que hoy en día, es vital tomar decisiones, aunque sean dolorosas en bien de un futuro mejor por la supervivencia de esta nación que es maravillosa y, que sigue siendo codiciada por muchos.

Octavio Álvarez C.   

OvalleHoy.cl