La situación en que va a quedar nuestro país después de superar esta pandemia va a ser delicada y, por ende, hay que tomar medidas que, de no ser las adecuadas, nos vamos a ver en serios problemas y un empobrecimiento general que va a durar muchos años.
Por ello, se requiere la unidad nacional para lograrlo. Esperamos que se esclarezca la intención de un sector de la ciudadanía en el sentido de, continuar con una economía social de mercado o de tratar de llevar al país a un sistema estatista dictatorial.
En este contexto, tenemos que tomar decisiones con las relaciones internacionales y así, como lo expresábamos la semana pasada, China, si bien su interés prioritario no es América Latina, pero, las inversiones de dicho país han aumentado considerablemente desde el año 1978, en países como; Colombia, Brasil, Argentina, Chile, Perú y Uruguay. El canto de sirena del gobierno chino (explicitado por el Embajador de China en Colombia) “las relaciones entre China y Latinoamérica se basan en la complementariedad y las ganancias compartidas, adhiriéndose a los valores de la igualdad, beneficio mutuo, la apertura y la inclusión” (31/06/2019).
Hoy vemos con preocupación que las inversiones chinas en la región están generando una alarmante dependencia por el sobre endeudamiento y, puede darse la situación que está afectando a Australia en que, por ser tan dependiente económicamente de China, los están presionando para no solo tener relaciones comerciales, sino que, INGRESE A SU ÁMBITO DE INFLUENCIA POLÍTICA, siendo que ellos, han sido aliados por siempre, con Estados Unidos. Es por esto, que nuestro país debe tener claro el expansionismo chino que, a la vez, pareciera que cuenta con el colaboracionismo de “chilenos” encandilados por el “dinero fácil”.
Sabemos el interés del gobierno chino por Chile ya que, es considerado un punto geopolítico estratégico vital, para sus fines, por tener presencia en dos océanos. Nuestro comercio con ellos, no ha sido positivo, solo recordar las compras de cobre a futuro, en que en su momento hemos perdido dinero. Ellos, fueron hace poco, denunciados por España por venta de productos sanitarios de mala calidad, de allí, que hay que hay que tener claro que debemos preservar la independencia, soberanía y el libre comercio que lo vemos amenazado no solo por la potencia asiática, sino también por los acuerdos internacionales que nuestro país suscribe, como el de las migraciones el año 2018, donde nuestro país se abstuvo de firmar debido a que, “no resguardaba completamente los legítimos intereses de nuestro país y dificulta la protección de nuestras fronteras” (Canciller Roberto Ampuero).
Otro inconveniente es el clima de intolerancia que se ha generado dentro del país, que está impidiendo conversar y colocarse de acuerdo en cosas básicas y que son vitales para la seguridad y supervivencia del país. No podemos olvidar que tenemos enemigos externos que están felices con este estado actual y que nos deja débiles para poder contrarrestar sus avances como ser; la intencionalidad de argentina de apoderarse de una parte de la plataforma continental extendida (sector sur de la “Tierra del Fuego”) que no solo nos quitarían una extensión de territorio, sino también, que por un lado, la pone directamente de frente al Océano Pacífico, colocando sí se concreta, en discusión intereses marítimos de Chile, la proyección nacional hacia la Antártica y afectar tratados vigentes entre ambos (artículo 7 del Tratado de Paz y Amistad de 1984, entre otros). Abriendo con ello, una permanente fuente de tensión entre los dos países, debido a que va contra todos los intereses soberanos de Chile en el “Mar Austral” y Antártica.
Octavio Álvarez Campos