El ambiente que se vive hoy es muy semejante al que existía en casi todo el siglo XIX, donde se desarrollaba un espíritu de empresa (ya inculcado por O´Higgins) que se gestó en forma espontánea y se aventuraron en búsqueda de acometer su emprendimiento (leer escrito de marzo 2015: (Cateadores del desierto, forjadores de nuestra patria), manteniendo su espíritu de nacionalidad. Pero este sentir chocaba con la actitud de la élite gobernante de los años 1830-1891 que tenía un fuerte espíritu legalista y burocrático y muy lejano a los visionarios y que, además, hacían sacrificios por la confraternidad americana.
Francisco Encina lo resume así: “El americanismo, que a partir de 1862 dominó sin contrapeso el ambiente intelectual chileno, produjo un verdadero derretimiento del corazón. Todo obsequio, toda renuncia de derechos en favor de los pueblos hermanos, parecían cortos. Los americanistas se sentían avergonzados de no tener más que sacrificar en aras de la confraternidad americana” (Las Relaciones entre Chile y Bolivia 1841-1963, pág.101-102).
De allí que Encina afirma que: “la opinión pública chilena empezó a pronunciarse con creciente energía contra la política de paz a todo trance del Presidente Pinto y de los elementos dirigentes. Los diarios más influyentes representaron la necesidad de asumir una actitud resuelta y aún amenazadora”. Como único, Köning escribía: “Toda complacencia será mirada como debilidad… basta de contemplaciones”. (Idem. Obra citada, Pág.111).
Los chilenos tuvimos un gran desarrollo empresarial que lo llevó a mejorar su PIB y las exportaciones entre 1978 y 1987, un aumento del PGB de 2,90% promedio lineal anual (sabiendo que Argentina fue de 0,53% y la de Perú 1,90%), el nivel de inflación para 1988 se estimó entre 10 y 12%, en tanto que para Colombia era el 25%, en Argentina 200%, en Perú el 380% y en Brasil 700%. Esta tendencia se mantuvo hasta hace poco. Sin embargo, hoy estamos flaqueando, por ello hay que potenciar las libertades económicas y la propiedad individual, recordando que aquellos que abrazaron el socialismo como son las grandes naciones asiáticas, están impulsándolo de manera superlativa. Además, en lo que respecta a la soberanía, la sensación es que Chile se va en meras notas de protesta, mientras que los peruanos y bolivianos siguen logrando sus objetivos, de allí que leyendo los comentarios en el diario El Mostrador, se aprecia el malestar de los ciudadanos comunes y corriente.
Por ello, nuestras élites mandantes deben tener presente que cuando se trata de la defensa de la soberanía, como quedó demostrado en 1879, el pueblo sencillo y trabajador a costa de su bolsillo y su vida salió a exigir una actitud enérgica. Con motivo de la pérdida del transporte “Rímac” a manos del monitor “Huáscar”, el Barón d´Avril informaba a Francia que este hecho había causado tanto desaliento como irritación y culpaban al Presidente de la República Pinto, por no ser enérgico. En la misma nota comunica que “el día 30 de julio, tumultuosas aglomeraciones rodearon el Palacio del Congreso, en el que se estaba discutiendo una interpelación sobre la guerra en forma secreta. En la tarde los amotinados intentaron asaltar el Palacio de Gobierno; fueron rechazados enérgicamente por un destacamento de caballería. Se había iniciado una barricada, hubo muertos y heridos de ambos bandos, pero más de los amotinados”. (Informe francés, Stgo, 1 de agosto de 1879.Informes Inéditos de Diplomáticos Extranjeros Durante la Guerra del Pacífico. Págs.267-268. Editorial Andrés Bello).
OCTAVIO ÁLVAREZ CAMPOS
PROFESOR DE HISTORIA Y GEOGRAFIA
COQUIMBO