La soberanía de Chile una vez más se ve amagada desde el exterior por déficit en nuestra política exterior:“…Chile jamás tendrá en este terreno una política que merezca el nombre de tal, mientras no independice el Ministerio de Relaciones Exteriores de la política interna y de la rotativa ministerial, y la confíe a diplomáticos de carrera, que reúnan las dotes de sagacidad y competencia que esta rama de la política requiere, dependientes sólo del Presidente de la República, y complete la organización del Archivo de Relaciones…”Francisco A. Encina. La Serena 15 de junio de 1963.
Bastante razón tenía, ya que, una vez más hoy nos vemos enfrentado a un proceso judicial artificioso, por lo que se ve y con ello se ha judicializado las relaciones con nuestros vecinos, dejando en manos de extranjeros por un lado nuestra defensa y por otro en jueces extranjeros, nominados por equilibrios políticos internacionales (Tribunal de La Haya). Esto ha provocado pérdida de soberanía, en el caso con Perú, de 22 mil kilómetros cuadrados de mar y la osadía de Bolivia que sin tener merito jurídico de su aspiración marítima nos demandó.
No se tomaron a tiempo precauciones; a pesar de las advertencias de nuestros estudiosos más serios, citamos; “… Bolivia no puede vivir aislada del mar; ahora y siempre, en la medida de sus fuerzas, hará cuanto le sea posible por llegar a poseer por lo menos un puerto cómodo sobre el Pacífico; y no podrá resignarse jamás a la inacción cada vez que se agite el asunto de Tacna y Arica, que compromete las bases mismas de su nacionalidad”.
“El gabinete de La Paz – añadía- estaría dispuesto a proponer bases y compensaciones satisfactorias a los de Santiago y Lima”. (Las Relaciones entre Chile y Bolivia 1841-1963, página 270. Francisco A. Encina). Esta cita es de 22 de abril de 1910, aprovechando la ruptura que se había dado en las relaciones de Chile y Perú, con ello, se refleja que Bolivia, utiliza cualquier oportunidad para alcanzar sus objetivos, con o sin algunos fundamentos.
Alejandro Magnet en, “Nuestros Vecinos Justicialistas”, página 141-142, también nos muestra a través de una carta secreta (25 de mayo de 1946), de un alto personero boliviano mandada al Coronel Juan Domingo Perón, días antes de asumir la presidencia de Argentina, en la cual habla de un plan doctrinal que sería: “.. 2. Aplicar hacia el Oeste (Chile) una tenaza conjunta, permanente integral, ofensiva, hacia el límite que Chile colabore y no belígera, ceda el Litoral a Bolivia, el Estrecho de Magallanes a la Argentina y se incorpore en los Estados Unidos Andino-Platense. La tenaza política-doctrinaria permanente indefinidamente, ajustando o aflojando, según la conducta chilena…”.
Por ello, es lógica la desconfianza que tienen los ciudadanos común y corriente ante las encuestas realizadas, ya sea, en el diario El Mercurio del 26 de abril o de Tolerancia Cero del mismo día y otras. Es necesario tener presente que con esta demanda no se acabara el inconveniente con nuestros vecinos y seguirán buscando argucias y personas que dentro del país, sean seducidos por los cantos de sirena del americanismo, que tanto daño ha hecho a la verdadera integración latinoamericana de la que somos fervientes partidarios.
OCTAVIO ÁLVAREZ CAMPOS
PROFESOR DE HISTORIA Y GEOGRAFÍA
COQUIMBO