Hemos estado analizando las proyecciones futuras del país y la región con cierta preocupación, más aún, que se ha anunciado que nuestro país, después de 25 años, la Agencia de Calificaciones STANDARD & POOR’S rebajó la nota crediticia de Chile, lo cual significara mayor interés en los créditos que pida el país o empresas en el extranjero, afectando el bolsillo de todos los chilenos.
Si nos remontamos al año 2014, en el Diario El Comercio de Lima, se afirmaba; “la apuesta del Perú es ser en el mediano plazo un gran proveedor de alimentos del mundo”. De allí, que tomando datos de la Asociación de Exportadores del país vecino, afirman “en uvas también hemos caminado hacia arriba a pasos acelerados. En el 2003 estábamos en el puesto 20 como proveedores, luego hemos subido el año pasado al 5 y, para dentro de una década, se proyecta que seremos los terceros del mundo”. En febrero de 2017, en el Diario de Economía y Negocios de dicho país, se dice: “Perú se consolida como el segundo exportador de uvas a E.E.U.U. y quinto en el mundo”. Además esperan similar camino para unos años más en otros cultivos como las paltas (segundos), mango (terceros), granadas (quintos) y arándanos (primeros).
Aquí es donde debemos ser proactivos y ver cómo la región va a reaccionar para competir en los mercados externos, teniendo presente que lo anterior afecta precios y rentabilidades de los productos chilenos.
Esperamos que se tome en cuenta los planteamientos que hemos venido diciendo de hace años, en lo que respecta a la reconversión agrícola que urge desarrollar, para así, dar un salto a la agroindustria. No debemos olvidar que hay 2.734 productores agrícolas, 3.863 empleos permanentes y llegan a 24.000 en época de cosecha las personas que viven de la industria pisquera y que tendrán momentos complejos debido a que empresas que en su momento absorbieron Cooperativas y productores independientes, han usado como plataforma para abrirse paso a grandes volúmenes de producción en el Perú de aguardiente de uva (Barsol).
Paralelo a ello, estas mismas, promovieron el ingreso de competencia de alcoholes como el Ron Sierra Morena, Cabo Viejo (CPCH.S.A. Filial C.C.U.). Finalmente viene la revisión del Tratado de Libre Comercio con E.U.A., y allí, la Asociación de Productores de Bebidas Espirituosas siempre ha querido copar el mercado chileno y alegan que la balanza comercial está desequilibrada a favor de Chile.
Octavio Álvarez Campos