El mar desde siempre ha jugado un rol fundamental en el desarrollo de la vida y la humanidad. En la antigüedad fue en torno al mediterráneo con los fenicios, griegos y romanos. Posteriormente, todo giró en torno al Atlántico, de allí al Indico y hoy en día, después de la Segunda Guerra Mundial, con el despliegue de Japón como potencia industrial y consolidado por economías de Hong Kong, singapur, China y la India. Cuyas poblaciones en conjunto suman más de 2.750 millones de personas (China 1.411.780.000, India 1.336.417.754) es el Océano Pacífico. Los países ribereños de este océano son más de 40 y, por lo tanto, cada vez más, es el de mayor dinamismo y desarrollo tecnológico del mundo, así mismo, es un mercado que cada vez más, aumenta su consumo de alimentos.
Nuestro país, previendo este escenario ha estado promoviendo tratados internacionales los cuales están vigentes, pero poco operativos y, más encima, algunas autoridades en nuestra región se encapricharon con generar un corredor bioceánico como lo es, habilitar dos túneles en el sector de Aguas Negras, el cual, no tiene ninguna viabilidad, por múltiples razones que hemos explicado anteriormente y eso, ha perjudicado la proyección de la Región de Coquimbo en su acercamiento a los mercados internacionales.
En Chile, se dice que vivimos de espaldas al mar, pero, todos los estudios geopolíticos han tenido que considerar el mar en sus diversas influencias, no olvidemos que desde nuestros inicios de la lucha por la independencia, el mar ha jugado un rol muy importante en la vida política y económica de la nación, solo recordemos lo que planteaba Lord Cochrane quien fue el primero en valorar la posición de Chile en el Pacífico y, por ello, propuso a O´Higgins la conquista de las Islas Filipinas y, también la visión de don Bernardo el cual, tenía una concepción expansiva y dinámica de la política externa. Además, hay que recordar su afirmación después de la victoria de Chacabuco: “este triunfo y cien más, se harán insignificantes si no dominamos el mar”. Posteriormente vale recordar a don Diego Portales quien, al echar las bases de la República, expresaba a Blanco Encalada: “Debemos dominar para siempre en el Pacífico; está debe ser su máxima ahora y ojalá fuera la de Chile siempre”.
Chile es un país de características marcadamente marítimas y, por eso vale recordar lo que plantea Alfred Thayer Mahan en “Influencia del Poderío Marítimo en la Historia”, donde nos dice: “que el engrandecimiento y la decadencia de los pueblos está directamente relacionada con el control que estos ejerzan sobre las comunicaciones marítimas y con la utilización que hagan de ellas”.
El sacrificio de don Arturo Prat y sus hombres, graficado en la frase: “Sí viene el “Huáscar”, lo abordo”, debe tomarse como un acto sublime de mantener al tope la bandera chilena y defender la presencia de Chile en el mar.
Octavio Álvarez C.