
El país en general desde hace varias décadas ha visto disminuir las precipitaciones anuales. Esta situación afecta considerablemente a los valles de la Región de Coquimbo, afectando al área agrícola bajo riego y a las áreas de secano y al abastecimiento de agua potable para los centros poblados, especialmente a las áreas de secano.
Conscientes de esta realidad, el Gobierno Regional de la Región de Coquimbo, a través de la Corporación de Desarrollo Productivo de la Región de Coquimbo, licitó un estudio de Cosecha de Aguas lluvias en áreas de secano de la IV Región.
Este proyecto, tiene el objetivo de buscar técnicas que permitan recolectar el escurrimiento de las aguas lluvias, que normalmente se pierden en el mar, buscando desarrollar técnicas adecuadas a las condiciones climáticas y topográficas de la Región de Coquimbo.
Considerando que las áreas de secano presentan condiciones topográficas y de cuantía de precipitaciones diversas, el proyecto contempló el diseño de obras de cosecha de aguas lluvias en el secano costero e intermedio de la Provincia de Limarí y en el secano intermedio de la Provincia de Choapa.
El estudio, corresponde a una investigación aplicada, a desarrollar en tres etapas. La primera etapa, corresponde al diseño de las obras. Una segunda etapa, correspondiente a la construcción de las obras diseñadas y una tercera etapa de evaluación operativa de las obras.
La primera etapa del proyecto, fue realizada el presente año por el consultor especializado en obras de riego, por el Ingeniero Agrónomo, Jorge Romero Navea.
Considerando la complejidad del estudio solicitado, Romero conformó un equipo multidisciplinario de profesionales, especializados en agrometeorología, en sistemas de información geográfica, en desarrollo y ambiente, en hidrología e hidráulica y en cálculos estructurales.
Este equipo de profesionales seleccionó las microcuencas en los sectores predefinidos en la propuesta, ubicando tres microcuencas para el desarrollo del estudio. Una de las microcuencas se ubicó en los terrenos de la Comunidad Agrícola de Peña Blanca, otra en los de la Comunidad Agrícola de Manquehua y finalmente una tercera microcuenca en la Comunidad Agrícola de Canela Alta.
En estas microcuencas se desarrollaron estudios hidrológicos para determinar el escurrimiento de agua en los puntos seleccionados, la crecida máxima que se pudiese generar con un período de retorno de 1:200 años. Desde el punto de vista hidráulico, se dimensionaron las obras para que éstas funcionasen como vertederos de pared gruesa y se calculó a su vez la socavación que podría generar la crecida estudiada. Definida las obras, se definió su construcción en bases a estructuras de gaviones, las que se calcularon estructuralmente para que operativamente pudiesen resistir y ser estables para una crecida de un período de retorno de 1:200 años.
Estas obras tienen el objeto de interceptar el flujo superficial de agua, mediante las estructuras en base a gaviones e interceptar el flujo subterráneo, mediante una membrana de Polietileno de Alta Densidad (HDPE), de un espesor de 1,5 mm. Esta membrana, tendrá la función de impermeabilizar la barrera de gaviones, interceptar el flujo subterráneo hasta una profundidad de 5 metros y generar una recarga de los acuíferos naturales o napas subterráneas, bajo esta profundidad.
Las obras de intercepción diseñadas para cada microcuenca, comprenden tres barreras superficiales y subterráneas y que permitirían acumular los siguientes volúmenes de agua:
1. Barrera en la microcuenca La Isla, de la Comunidad Agrícola de Peña Blanca, tiene una capacidad de acumulación total de 1.736 metros cúbicos de agua.
2. Barrera en la microcuenca La Moralina, de la Comunidad Agrícola de Manquehua, con una capacidad de acumulación total de 13.414 metros cúbicos de agua.
3. Barrera en la microcuenca Los Rulos, de la Comunidad Agrícola de Canela Alta, con una capacidad de acumulación total de 4.432 metros cúbicos de agua.
A estas obras hidráulicas se les realizó una simulación hidrológica operacional de 35 años en base a las estadísticas reales de precipitación, con las hipótesis que después de haberse presentado cada lluvia, el agua que retengan o acumulen las barreras superficiales, se infiltran y generan una recarga de la napa, de tal forma, que dependiendo de la cantidad de precipitaciones que se presenten en el año, la capacidad superficialmente podría multiplicarse desde una a cinco veces.
Como se señaló anteriormente, las obras se han diseñado de acuerdo a las características propias de precipitaciones y topografía de cada microcuenca. Por lo tanto, es necesario verificar el comportamiento de las mismas, para lo cual será necesario construirlas y desarrollar posteriormente la etapa de evaluación.
Israel, es el país que ha desarrollado tecnologías para la captación, acumulación, conducción y aplicación o uso del agua, de acuerdo a las características de sus terrenos. Este desarrollo agrícola no es un milagro, es el resultado de un constante estudio y evaluación de técnicas desarrolladas con el objetivo de optimizar el uso del agua, que también es escaza en ese país.