En un lapso inferior a las 12 horas en el centro de Ovalle ocurrieron dos accidentes en los que conductores presuntamente en estado de ebriedad causaron graves daños al mobiliario público, afortunadamente sin víctimas que lamentar.
Uno de ellos en la noche del sábado en la Plaza de Armas cuando un conductor se salió de su pista de circulación cuando transitaba por calle Vicuña Mackenna e irse contra los bolardos que separan la calzada de los peatones, destruyendo al menos dos de estos.
Unas horas más tarde, apenas a unos metros de distancia, en la calle Independencia frente al Mercado Municipal, otro conductor también presuntamente en estado de ebriedad impactó un poste del tendido eléctrico. Esto dejó sin energía a casi la totalidad del sector centro y poblaciones vecinas durante alrededor de cuatro horas.
En ambos casos los conductores fueron detenidos y apercibidos por el artículo 26 del CPP para ser citados posteriormente al tribunal. Lo positivo de los dos casos es que no hubo víctimas que lamentar, aunque en especial el de la Plaza de Armas ocurrió en un lugar y una hora en la que suele circular una importante cantidad de peatones y pudo ocasionar una tragedia.
Lo preocupante de todo en nuestra ciudad es la gran cantidad de causas por manejo en estado de ebriedad, con o sin daños y lesionados, que son vistas mes a mes en el Juzgado de Garantía de Ovalle.
Según las estadísticas de este tribunal de primera instancia, en el mes de Agosto recién pasado fueron ingresadas 44 causas en ambas salas, ocupando el tercer lugar de los delitos vistos en las cuatro semanas. Apenas superior a los delitos de Lesiones menos graves (49) y amenazas (46) y superiores a los hurtos.
La primera pregunta es preguntarse si los “endurecimientos” de las penas consideradas para estos delitos han sido lo suficientes importantes para disuadir a los conductores de conducir en estado de ebriedad. Al parecer no.
Al menos queda la impresión que el “mensaje” que se pretende entregar a los conductores en general no llega con la suficiente fuerza al grueso de los automovilistas. Porque la “cifra negra” de conductores irresponsables que no son fiscalizados por carabineros es bastante superior a esos 44 que muestran las estadísticas.
Algo preocupante si se considera que ingresamos ya a septiembre, un mes marcado por las fiestas de celebración de Fiestas Patrias y por el consumo de bebidas alcohólicas.
Esto que parecen meras y frías estadísticas, podrían concluir en un drama en el interior de hogares limarinos, algo difícil de reparar .
M.B.I.