Hoy en día, vemos con preocupación el estancamiento en que se encuentra la Comuna de Coquimbo, siendo que tiene una ubicación estratégica en América del Sur y en la Cuenca del Pacífico, como para convertirse en un gran enclave marítimo-portuario. Paralelo a ello, nuestra economía se sustenta en una intensa apertura comercial, acompañado de la reducción en estos últimos años de las tarifas portuarias en un 30% y una velocidad de transferencia portuaria en un 51%. Todo esto pasa por haber partido de una premisa errada, donde se proyectó el desarrollo en una (supuesta) o hipotética. “Habilitación del Paso de Agua Negra es vital para el país y obviamente que para la región” y que ”el puerto es el factor que puede ser la “actividad económica central” y el “lugar central” que aglutine una serie de actividades económicas, eslabonadas hacia atrás y hacia adelante…” (Diagnóstico Técnico Plan de Desarrollo Comunal, Pet QUINTA, 2002).
A la fecha, catorce años después, nos encontramos que con la ampliación del Canal de Panamá (donde se ahorran días de tránsito, costos de traslado y mayor capacidad de carga (hasta 14.000 contenedores) y además se está produciendo una fuerte modernización de los puertos de Perú y Ecuador que puede significar que los mega operadores de carga se concentren allí y nosotros solo podamos postular a ser puertos menores, quedando los puertos chilenos fuera de las grandes rutas y más encima, están en el límite de su capacidad. Recordando que solo Valparaíso y San Antonio pueden recibir a estos grandes barcos (Post Panamax y Neo Panamax) que miden hasta 366 metros y un calado superior a 15 metros, usando hasta tres frentes de atraque, hay proyectos que están estancados, como ser; el Terminal Dos en Valparaíso, más un Puerto a Gran Escala que se haría en la zona central. En Valparaíso quieren ampliar el muelle 2 en 785 metros y 19 hectáreas para actividades portuarias y el Terminal 1 extender el frente de atraque de 620 a 740 metros lineales. En San Antonio quieren ampliar de 700 a 900 metros el frente de atraque; pero ambos tienen el problema de los accesos a los puertos que les complicaría en demasía.
De allí, que si queremos ser parte del Corredor Bioceánico Central, debemos ser proactivo y promover un Plan Maestro a veinte años, donde se pueda incorporar ese Puerto a Gran Escala, que se tiene proyectado para la zona central, sea instalado en el lado sur de la Comuna de Coquimbo, que cumple las exigencias para transformarse en un gran enclave marítimo – portuario, con un área de respaldo (donde exista espacio para las instalaciones de carga y almacenaje), que además tiene facilidad de conectividad con las provincias argentinas en línea recta a través del boquerón fronterizo “La Chapetona”, que a la vez conecta a todo Chile y principalmente tiene profundidades para la llegada de grandes barcos con poca inversión. Con ello, tendríamos la posibilidad cierta de ser puertos de concentración y distribución de la carga transpacífica. Paralelo a esto, es fundamental el tendido de líneas férreas, también por el boquerón de “La Chapetona” (Provincia del Limarí), usando la tecnología de doble apilamiento en carros de ferrocarriles que lo aprecié en Panamá.
Esta propuesta debería ser tomada en cuenta a la brevedad, para así generar un polo de desarrollo (Bahía de Tongoy, Lengua de Vaca), que a la vez descongestione las zonas urbanas ya saturadas y con ello ayudar a salvar suelos agrícolas.
Octavio Álvarez Campos
Profesor de Historia y Geografía
Coquimbo