Luego de una reunión realizada entre los Consejeros Regionales, Aguas del Valle y representantes de la empresa española GS Inima, líder en plantas desalinizadores a nivel internacional, los Cores de la Provincial del Limarí, Alberto Gallardo y Miguel Solís, se mostraron conformes con la propuesta de desalar agua de mar para consumo humano y sector productivo en la región.
En la cita que se llevó a cabo en las dependencias de la Corporación Regional de Desarrollo Productivo CRDP) se analizó la exposición sobre la experiencia en plantas desalinizadoras, que hoy tiene la empresa ibérica como la mayor productora de plantas en el exterior en régimen de concesión, lo que supone una fuerte presencia y actividad internacional.
Según Manuel Sepúlveda, Director para América Latina de la Empresa GS Inima, ésta es la primera reunión que sostienen con autoridades en la Región de Coquimbo, iniciativa que sirve para “explicar las ventajas que tiene la desalación del agua de mar para la población civil, como también la derivación que se pueda hacer en cultivos u otros tipo de producciones que hoy son interesantes para el desarrollo regional”.
Además, mencionó que en caso que se instale una planta desalinizadora en la región, ésta tendría una capacidad desde 500 litros o 1.000 litros por segundo, lo que tendría un costo sobre 110 millones de dólares.
En relación a esto, el consejero Miguel Solís afirmó que “los costos se hacen más accesibles, si nosotros hacemos una mirada política estratégica como estado podemos resolver y asegurar agua en una mirada de 40 y 50 años de proyección, y enfrentar situaciones como la que estamos viviendo en toda la región, particularmente en la provincia del Limarí”.
Para Solís, “la desalinización es la alternativa más viable que tenemos en este momento y los costos asociados son los que tenemos que ir vislumbrando y resolviendo”.
Opinión que coincide con la de Alberto Gallardo, quien aseguró que “si o si hay que instalar plantas desalinizadoras, en esta región ya no podemos pensar que vamos a sacar aguas profundas o a esperar a que llueva. Hay tecnología y hay lugares donde estratégicamente se ha implementado muy bien, como en Antofagasta, donde ha dado excelentes resultados”.
Precisamente, la empresa GS Inima construyó la planta desalinizadora de agua de mar en Antofagasta, que hoy día abastece al 60% de la población de esa zona y otra en Arica que aporta casi un tercio del agua de la población.
En cuanto a los parámetros de la calidad del agua para el consumo humano, el Jefe Departamento Producción de Aguas del Valle, Juan Carlos Huerta, planteó sus inquietudes y apuntó a la norma que hay que cumplir.
“Hoy día tenemos una norma que establece los parámetros de calidad que debe cumplir el agua para la bebida y esa norma señala umbrales máximos en términos de concentración de cada uno de los contenidos que tiene el agua. En el proceso de desalinización se sacan todos los componentes como sales y minerales, por lo tanto es un agua que carece de elementos necesarios para el organismo, es decir, deben normarse no solamente límites máximos sino también mínimos”. Además, reafirmó que “es absolutamente necesario aumentar la oferta de agua en la región ya que estamos en una situación crítica de sequía, donde la demanda es mucho mayor”, indicó Huerta.
