El multilateralismo, va perdiendo fuerza y esa idea de la globalización, donde se postula que no deben existir las fronteras, está quedando obsoleto.
En estos días estando en casa, hemos podido ordenar los escritos que he publicado (más de 500, domingo a domingo) y, a la vez, leer sobre diversos tópicos.
Allí, me detuve en unos publicados en junio y diciembre de 2016, “Chile: los flujos migratorios en el mundo, la confusión y la sorpresa” y “Reino Unido y su plebiscito: Chile atento a los acontecimientos externos”, donde en ambos, citábamos a William Pfaff en su libro “La Ira de las Naciones”, en la cual manifestaba que, “esto tiene un primer antecedente concreto, que fue el derrumbe de la Unión Soviética, en que surgen Repúblicas nuevas, donde esas naciones retomaron su antigua identidad, su propia frontera, su propia cultura.
Aquí podemos decir que los intentos de sustituir el nacionalismo con el internacionalismo, ha sido infructuoso”, ya que “… está arraigado en la humana necesidad de un lugar seguro, de lealtad comunal, de identificación individual.” (Ídem. O. Cit.).
Me traía a la memoria las situaciones que han estado pasando en nuestro país, en relación a la acción de algunos alcaldes, de impedir el tránsito hacia sus comunas para defenderse de posibles contagios, situación que también los países en general, están adoptando, es decir, cerrando sus fronteras.
Esto demuestra que el multilateralismo, va perdiendo fuerza y esa idea de la globalización, donde se postula que no deben existir las fronteras, está quedando obsoleto, ante la realidad. Un solo hecho, lo muestra lo que sucede en la Unión Europea, donde no hay unidad en el bloque, poca ayuda a los socios, más el efecto del brexit que se está replicando en otros países.
Claro que hay que acotar que también influye el alto endeudamiento que tenía antes de la aparición del Covid-19, los países de España e Italia, lo cual, inhibe seguir prestándole apoyo financiero de los otros miembros.
Ahora como vamos a afrontar está pandemia, donde se nos viene una crisis económica, social y psicológica en los próximos meses que nos colocara a prueba como país, donde, además, por la agitación social del año 2019 y los bonos, el país se está endeudando de una manera peligrosa y empobreciéndose pero, además, las consecuencias la pagaran las próximas generaciones, sin saber cuál va a ser la involución per cápita y volver al nivel de vida que teníamos.
Por eso, debemos estar unidos. Más encima, hay personas que aún no le toman el peso a la situación e insisten en gastar plata innecesaria, ya sea, en usar el préstamo de mil quinientos millones de dólares en hacer un túnel (Agua Negra) que sería un despilfarro y gastarse unos 30 mil millones en un “plebiscito”, que hoy en día, no tiene ningún significado con lo que estamos viviendo.
El experto economista británico del Diario The Financial Time, don Martin Wolf, manifestó por esta crisis sanitaria, “en el peor de los casos, podemos terminar con la depresión más grande en la historia, con una pandemia descontrolada que matará a decenas de millones de personas, y el mundo quedará absolutamente transformado, para peor, de maneras que no podemos concebir aún.
Así que, si no mejoramos nuestra actuación, bueno…estamos en una situación muy aterradora”. (Diario La Nación, Argentina). Esperamos que Chile, una vez controlado esta epidemia, debe intensificar lo que sabe hacer, es decir, la actividad minera.
Octavio Álvarez C.