El envejecimiento de la piel es algo que no puede eludirse. Hay signos que aparecen luego de los 50 años: falta de luminosidad; arrugas y líneas de expresión; textura de la piel no uniforme; discromía; poros visibles, sequedad y tirantez de la piel. Estas son las señales que permiten evaluar la lozanía de la piel y que empiezan a perderse con el paso del tiempo. En el caso de las mujeres las hormonas actúan muy decisivamente en la elasticidad que se expresa en la pérdida del óvalo facial y la caída de sus tejidos.
El sol es uno de los agentes externos más perjudiciales para la piel, es la causa del 80% del envejecimiento prematuro, la aparición de tumores benignos y en algunos casos malignos como los carcinomas, pero de especial vigilancia el melanoma. Por ello, hay que usar un protector solar facial todos los días, especialmente renovar su aplicación si nos exponemos al sol en la playa, la nieve o la piscina (cada dos horas).
La mayoría de las pieles se presentan sobre los 50 años con alteraciones en la pigmentación como lentigos solares y arrugas finas o profundas y flacidez dependiendo de la expresividad y del sol que hayamos tomado (fotoenvejecimiento). Lo deseable sería haber realizado prevención. Pero, en cualquier caso, existen tratamientos médicos y para el cuidado de la piel sana poco agresivos, como el hydrafacial y los distintos tipos de láser.
La piel en general con los años tiende a secarse porque las glándulas sebáceas y sudoríparas se achican. Los niveles de colágeno, elastina y ácido hialurónico endógenos han decrecido considerablemente y se recomienda suplementarlos y estimularlos. Los productos más recomendados son las cremas o serum hidratantes y por las noches incluir algún acido de acción más intensiva como el retinol o los ácido polilácticos. Si existen discrominias y falta de luminosidad, la vitc C y los despigmentantes son lo indicado.
Es importante destacar que no existen los productos milagrosos ni la juventud eterna y tampoco hay una solución única para todas las mujeres maduras, se puede consensuar que lo básico es mantener una rutina diaria, limpieza con productos suaves no exfoliantes, aumentar la hidratación durante el día y usar protección solar, por la noche retinol o ácido poliláctico.
Recordar pedir una asesoría profesional para hacer prevención o seguir una mantención anual y así no acumular lesiones en la piel. Como últimas recomendaciones: beber mucha agua y tener una alimentación saludable, las frutas son muy beneficiosas para la piel. Fundamental evitar el alcohol y el tabaco.