Sr. Director:
Cuando no han pasado ni 48 horas de la denuncia de la muerte de un agricultor publicada por el Ovallino, por por una presunta negligencia médica, se presentaron «tres nuevas denuncias» en la Fiscalía local, dos por muertes de guaguas en maternidad y la tercera por la muerte de ANA MERCEDES COROCEO CONTRERAS, residente de la localidad de Chañaral Alto, de 57 años, ingresada en Servicio de Urgencia derivada desde El Palqui, el 23.10.2014, recomendando los cirujanos que fuese operada de urgencia, debido a una afección a la vesícula, a la cual el médico que debería efectuarle la intervención, se negó de forma reiterada a operarla.
Primero adujo que se habían extraviado los exámenes practicados en Urgencia, luego que no había cupo para efectuarle una ecotomografía, después señaló una serie de dificultades y finalmente ante la insistencia de familiares, optó por ni siquiera responder y de forma grosera retirarse molesto.
La gravedad y el retardo en atenderla, hizo que la paciente ya con evolución de ictericia franca, diez días después de su ingreso, en extremo grave fuese derivada a La Serena, presentando un cuadro séptico de foco abdominal, y pese a ser operada en tres oportunidades, la situación no se logró revertir, falleciendo el 08.11.2014.
La familia denuncia que la Subdirección del hospital, exige a su esposo e hijos, que presenten la «posesión efectiva» y otros antecedentes para entregarle copia de su ficha médica, aún cuando estos documentos no siempre son fidedignos, ya a que a modo de ejemplo el Dr. Oscar Rojas, el 12.08.2014, en la Fiscalía aseguró haber sido suplantado por un interno, sin comunicarle ello, cuya actuación incidió en la muerte una paciente, expresando que los datos de atención en los certificados, pueden ser llenados por cualquiera.
¿Prácticas reñidas con la ética médica, desprolijidad funcionaria o simplemente complicidad delictual de las autoridades de salud que hacen vista gorda?. ¿Qué debe ocurrir para que finalmente las autoridades se convenzan que las muertes pueden evitarse, respetando protocolos que en Ovalle ni siquiera se conocen?.
Carlos Santelices Gaitero.-