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Día del perro callejero: lejos de ser un motivo de celebración

Desde el año 2008 y por iniciativa de un estudiante chileno, cada 27 de julio se conmemora el Día Internacional del Perro Callejero.

Lejos de ser un motivo de celebración, esta fecha se creó como una oportunidad especial para tomar conciencia sobre la problemática que afrontan los perros al vivir en la calle. Sea por haber nacido a la intemperie o como consecuencia del abandono de dueños irresponsables, estos animales se exponen a malos tratos, enfermedades, mala alimentación, falta de cariño, entre otras dificultades que ponen en riesgo su vida.
A ello hay que agregar el riesgo sanitario que eso significa para la población de cada ciudad, tanto por la transmisión de enfermedades, como por la posibilidad que algunos de estos agredan a las personas.

En Ovalle, según reconocen las autoridades comunales, hay alrededor de dos mil perros en las calles y el número continúa creciendo año a año.

Es verdad que desde el nivel central y en la misma municipalidad se hacen esfuerzos para intentar que este fenómeno – que no es sólo nuestro sino a nivel país – no continúa expandiéndose: Ferias de adopción de mascotas, campañas de tenencia responsable de estas, e incluso programas de esterilización de perros que apuntan a evitar que estas continúen reproduciéndose. En un año un perro no esterilizado tendría capacidad de reproducir alrededor de 12 ejemplares, cifra que se multiplica exponencialmente si a su vez estas crías empiezan a reproducirse una vez que estén en la etapa de fertilidad. Calcule lo que podría ocurrir con esos 2000.

El problema es que la cantidad de esterilizaciones que se hacen anualmente son inferiores a lo que se hace necesario dado el crecimiento de la población canina. Asimismo, por lo general estos programas apuntan más a esterilizar a los animales caseros, aunque no así a los de la calle. Por otra parte hay escasa educación en los propietarios acerca de las alternativas químicas que existen para evitar la reproducción en las mascotas.

A su vez las agrupaciones de animalistas trabajan sin descanso para proporcionar a los animales de la calle una atención adecuada, e incluso habilitándoles hogares en los que estos puedan estar en condiciones relativamente mejores que las que tienen al aire libre.
Estos esfuerzos sin embargo son insuficientes atendiendo a la cantidad de animales en la calle que crece mes a mes.

Por otra parte la atención de estas organizaciones a apunta por lo general a animales recogidos en mal  estado en la calle, los que procuran su recuperación para tratar de ubicarlos posteriormente con un dueño responsable. Son animales pacíficos,  que necesitan afecto y alimentación.

Pero no así a ese otro perro de la calle, agresivo, irritable, que responde de manera instintiva ante cualquier estímulo, para atacar y lesionar a los transeúntes. Hay épocas del año, en especial las de mas altas temperaturas, que en centros de atención de salud han llegado a atender cuarenta casos mensuales de ataques de perros.

Pero ¿Quién se hace cargo de ellos? Estos continúan sueltos en la calle, con el riesgo de lesionar a desprevenidos transeúntes, hombres, mujeres y niños.

En nuestra opinión la Municipalidad, con el concurso del Gobierno e incluso de la empresa privada, debería invertir para habilitar un recinto especial en el que recoger y mantener a esos animales que muestren conductas agresivas. Para intentar recuperarlos, y colocarlos con alguien que necesite de sus servicios como custodios de un predio agrícola, una fábrica, una empresa de construcción, etc. Pero es imposible continuar lavándose las manos ante un problema evidente.

Asimismo se hace imperativo desempolvar ese proyecto presentado al Concejo municipal durante la administración municipal anterior para efectuar un censo de la población canina en la ciudad para saber con mayor exactitud la gravedad del problema. Y si es posible, dotar a cada uno de esos animales con un chip que permita identificarlo, si su dueño lo lanza a la calle, y hacer efectivas sanciones pecuniarias sustantivas a estos.

Es una ingenuidad pensar que sólo a través de  campañas educativas se terminará por crear una cultura de la tenencia responsable de mascotas en la población, sin tener que recurrir en un momento a sanciones económicas e incluso penales que inhibas esta conducta. El abandono de un perro en la vía pública, de acuerdo al Código Penal (ART. 291 BIS) ES UN DELITO de maltrato animal de Acción Pública, es decir, puede ser denunciado por cualquier persona.

Es de esperar que este tema sea analizado no solo en cada 27 de julio, sino que esté presente en la agenda de nuestras autoridades durante todos los días del año.

OvalleHoy.cl