Vaya a saber uno, como simple mortal, las razones que han tenido políticos, autoridades y pseudo autoridades para dar algunas opiniones sobre los/as docentes, situación que ya había advertido en otras opiniones por este medio.
Es que es preocupante, chocante en verdad, que desde hace un tiempo estos señores y señoras, desde sus nidos de poder, han instalado un discurso injusto, artero, sistemáticamente humillante hacia los profesionales de la educación. Si bien a los/as docentes en pre grado se les enseña que la ingratitud y la denostación a la carrera es parte de su historia y la van a vivir siempre, , lo que lamentablemente se transforma en una realidad, no deja de molestar a niveles atómicos, que este ataque venga de las personas que, se supone, deben ser ejemplo de rectitud, probidad y respeto hacia los demás, y que además sean aspirantes o candidatos a algo. Insultan y ofenden injusta y gratuitamente a quienes sostienen un sistema que, bajo estas condiciones, si o fuera por ellos/as bien se podría haber caído a pedazos. El discurso de la autoridad y seudo autoridades, por el contrario, debe ser de agradecimiento y respeto hacia el profesorado.
Pero no. Hace años que esa gente perdió el respeto por los/as docentes, desde los mismos ministros hacia abajo. Estas continuas faltas de respeto tienen que ver, creo, entre otras cosas , con que desconocen absolutamente lo que es hacer clases; ninguno de ellos/as tiene ni las más mínima idea de pedagogía, en su vida han hecho clases, y si lo han hecho, debe haber sido en algún colegio de Los Dominicos hacia arriba o en alguna universidad del barrio alto. De hecho la última ministra Profesora fue Yasna Provoste (2008) y le fue como le fue; los demás han sido abogados, economistas, ingenieras/os, de todos menos docentes. Y los dos últimos los peores de la historia, por lejos: La Señora Cubillos que transformó el Ministro en verdadera trinchera de guerra civil, y el actual Señor Ministro que al parecer vive en otra dimensión, la dimensión desconocida, con un desconocimiento absoluto de la realidad de las colegios y escuelas de Chile, por lo menos de este Chile.
Imaginen entonces qué podemos esperar de los otros personajes. Han dicho que los docentes quieren «seguir de vacaciones»; esa señora candidata que no le ganó a nadie y dijo los profesores «hacen una hora de clase por zoom y se tiran las pelotas todos el día». Como si fuera poco, este señor Briones, que se obnubiló hasta la ceguera de leche , como diría Saramago, con una de esas encuestas de morondanga de su propio sector y ahora es pre candidato presidencial aplaudido por sus amigos en una oficina en Las Condes, tiene la brillante idea de llamar a concurso público para que profesores extranjeros vengan a trabajar a Chile. Eso es una ofensa del más alto calibre que no merece perdón. Un ignominia, una injuria y una ofensa canallesca.
¿Y si llamamos, mejor, a concurso público para traer políticos que realmente sientan el deber de servicio público sincero? ¿Y por qué no llamamos a concurso público para traer políticos que aporten de verdad a mejorar todo aquello que no están bien en nuestro país? ¿Y por qué no llamamos a concurso público internacional para traer políticos que ayuden a quienes lo necesitan y no a quienes más tienen? Así como intrínsicamente este Señor Briones está diciendo que los/as docentes de este país no sirven, ¿qué diría él si se hace algo así con los políticos? No creo que le guste la idea al Señor Briones ni a ninguno de esos/as que insulta al profesorado.
Mejor no. No hagamos concurso porque nos bajaríamos a su nivel.
Mejor que venga el mismo Señor Briones , que venga el mismísimo ministro a hacer clases a una de nuestros colegios o en el campo donde los chicos deben subir al cerro para conectarse a una clase; vengan y sométanse a todas presiones y vean la realidad de las familias. A ver si les va mejor. A ver si les llegan siquiera a los tobillos a los/as docentes.
O mejor aun, que sigan en sus nidos de poder , que sigan obnubilándose y mareándose con encuestas fútiles para darles donde más les duele: en los votos. No hay que votar por esta gente (aunque cuidado con otros/as); No merecen siquiera la duda razonable de “quizás pueda votar por él”. NO.
De todas maneras me quedo con los cientos de “memes” que circulan riéndose de las palabras de este señor Briones. Me quedo con los ingeniosos chistes de los docentes, que aun ofendidos gratuitamente, se imaginan a un profesor de Canadá, Japón o Finlandia donde son tremendamente respetados/as, deseando llegar a trabajar a alguna ciudad de este país donde apenas se les reconoce al valor infinito de su vocación. Quédense allá no más. Aquí hay profesores y profesoras que son un ejemplo de vida, de profesionalismo y de virtud que sobrepasa cualquier adversidad. Aquí tenemos profesores y profesoras maravillosos.
Los demás , como el señor Briones, pueden seguir hablando estupideces para conseguir votos. Votos que ojalá nunca les demos.
K Ardiles Irarrázabal