La estrategia de presentar los proyectos mineros fraccionados con la finalidad de eludir las disposiciones medioambientales ha sido develada gracias a los cuestionamientos de vecinos y dirigentes de APR en distintos sectores de la capital provincial del Limarí.
Nadie puede desconocer que la minería es tan antigua como el hombre, pues es una actividad que se ha desarrollado junto al ser humano desde sus inicios. Pero el cuidado del medio ambiente, el vivir en un entorno sin contaminación y la esperanza de un mundo mejor que dejarle a los que vendrán, son algunas de las preocupaciones más sentidas por la población, que en Ovalle, ciudad que se caracteriza por su apatía e indiferencia ante situaciones que la afectan de modo colectivo, ha logrado dejar de lado la modorra y ha comenzado a alzar la voz.
La presentación de proyectos fraccionados de no más cinco mil toneladas como estrategia de algunas empresas mineras para evitar los estudios de impacto ambiental, ha quedado en evidencia por los cuestionamientos de vecinos de Pejerreyes, Potrerillos Alto y Nueva Aurora, Las Mollacas y dirigentes de APR’s en la capital del Limarí.
La forma en que algunas empresas mineras comienzan su relación con las comunidades donde van a instalarse, hace rato que dejó de ser evaluada por la cantidad de puestos de trabajo que van a entregar. Hoy importa mucho cómo se cuidan los recursos naturales como el agua, cómo se evita la polución y la contaminación que se produce con esta actividad y sobre todo, que ésta no afecte a las personas.
Y es que hay empresas en la provincia del Limarí que están haciendo las cosas bien, invirtiendo en tecnología para reciclar el agua, eliminar la polución y lo más importante, en acercarse a las comunidades donde se van a insertar, precisamente con políticas de responsabilidad social empresarial.
El acercamiento a las comunidades de manera franca y directa, sin medias tintas, se torna una necesidad que hay que satisfacer, pues a nadie le gusta que un recién llegado, que no ha sido invitado, entre a nuestra casa por la ventana.
Es hora de replantearse el cómo se hacen las cosas, porque tal como han repetido los dirigentes de las distintas comunidades, acá no se está en contra el desarrollo ni el progreso, pero ese desarrollo y progreso no puede ser a cualquier costo ni hipotecar el futuro de las comunidades locales.
Y la gente de Ovalle, lo ha dejado claro.