Editorial: Una Nueva Esperanza

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La Convención Constitucional es una oportunidad en que todos los allí representados – en las justas proporciones obtenidas en votación popular, no hay que olvidarlo – deben poner sus mejores esfuerzos para la construcción de las bases del Chile de los próximos 200 años.

El octogenario Gobernador Mateo de Toro y Zambrano subió los escalones de la puerta principal del Real Tribunal del Consulado de Santiago, antiguo edificio que estaba ubicado en la esquina de las calles Compañía y Bandera, ese martes 18 de septiembre de 1810, en su calidad de representante, en la entonces Capitanía General, del rey cautivo .

En las afueras del hoy desaparecido edificio, las fuerzas de Orden trataban de contener a la muchedumbre que se agolpaba para informarse de lo que ocurría al interior, donde don Mateo, con la presencia de más de 400 vecinos – criollos la mayoría – abrió la sesión y renunció a su cargo de gobernador del Reino de Chile diciendo: «Aquí está el bastón, disponed de él y del mando».

Él sabía, como la mayoría de los criollos chilenos la existencia de graves problemas en la administración del país, pero esa situación no era asociada al régimen colonial. La novel Junta de Gobierno abría una Nueva Esperanza para las ideas que circulaban en la población.​

El pasado domingo, cuando veía a los representantes del Limarí, aceptar el cargo de Convencionales Constituyentes, tuve esa imagen. ¿Qué habrá pasado por la cabeza de ese hombre y de todos los criollos que comenzaban el proceso emancipatorio?

Para muchos, el hecho que la docente Elisa Loncón, asumiera la presidencia de la Convención Constituyente fue una imagen tremendamente potente. Una representante de un pueblo ancestral, mujer, muestra viva de la meritocracia y del esfuerzo (y no solo en términos académicos), con humildad pero con decisión, sin prisa pero sin pausa, junto a los otros 154 constituyentes, comandará el proceso de encontrar la base que cimiente el Chile para los próximos 200 años.

Habrán voces minoritarias que cuestionarán el proceso y tratarán de ponerle trabas, que deberán ser tomadas en cuenta cómo lo que son: voces minoritarias. Alejados del Individualismo del modelo Neoliberal, las grandes mayorías de este país, quieren justicia social, bienestar compartido, trabajo digno y construir el Chile ancho y solidario que soñamos

El 04 de julio pasado fue un día de muchas emociones contenidas, liberadas con cada una de las muestras republicanas que se realizaron. Así, esta Convención Constituyente abre para Chile, con el proceso liderado por una mujer, docente y mapuche, una Nueva Esperanza.

Angelo Lancellotti González
Periodista
Director OvalleHOY.cl