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El descarado modus operandis de bandas delictuales que impunemente asolan el centro de Ovalle

En los últimos veinte días en el centro de Ovalle al menos seis pequeños locales comerciales han sido víctimas de robos con fuerza.

En orden cronológico, el de la Casa Amaral, en calle Coquimbo el 13 de noviembre; Kkara Diseños, en la galería Yagnam el 19 del mismo mes; Nefcom, en calle Independencia cinco días mas tarde; Caja Vecina de calle Libertad el 28 de noviembre. En diciembre el 1 la afectada fue la Relojería Universal, de calle Arauco y el 4 fue robada la Talabartería El Caballo Alazán, en calle Libertad.

Al menos esos son los hechos que han llegado a conocimiento de la opinión pública, aunque es probable que otros no hubieren sido denunciados, o han pasado inadvertidos.

Algunos de los delitos antes mencionados fueron cometidos en las noches, antes de la medianoche, aunque otros de manera descarada en las primeras horas de la tarde

Es el caso de Nefcom, local de venta de insumos para computación y servicio técnico que fue visitada por los antisociales a las 15.00 horas del domingo 28 de noviembre.

Los delincuentes cortaron los candados para abrir la cortina, ingresar al local y huir con alrededor de 4 millones de pesos en mercedaría que había en vitrinas; todos objetos electrónicos, pequeños y fácilmente reducibles en la calle o en el mercado informal.

El hecho quedó grabado por una cámara de seguridad existente en el sector que permitió ver el asombroso y descarado modus operandis de los delincuentes.

Los dos ladrones se sientan a la puerta del local, como dos jóvenes conversando, mientras uno de ellos maneja una pequeña“galletera” inalámbrica, con el que corta los candados como si fueran mantequilla.

“Nosotros teníamos candados anti napoleón, pero no nos sirvieron de nada con la galletera. Es decir, no hay nada que sirva con una galletera”, nos dice Nelson Rojas, propietario del local comercial.

Antes de instalarse destruyeron la cámara de seguridad que había afuera, a un costado alto del local. Y una vez que cortaron los candados y levantaron una cortina, uno de los delincuentes quedó afuera como “sapo”, en tanto el otro con el rostro cubierto con una capucha para no ser captado por la cámara interior (lo que prueba que ya habían visitado el lugar), entra, la inhabilita y procede a desvalijar las vitrinas de mercadería.

Los que llama la atención de los afectados es el descarado modo de operar de los delincuentes, en pleno centro de la ciudad, exponiéndose a las cámaras de vigilancia públicas y particulares y a la proximidad de Carabineros. Según algunos se trataría de delincuentes foráneos, con nuevas «tecnicas» que no temen ser reconocidos por las imágenes, aunque no se tiene seguridad que sean los mismos autores en todos los delitos.

Y todos los afectados se miran entre ellos y – como en ese conocido programa de la televisión – parecen preguntar: ¿Y ahora, quien podrá defendernos?

Candados cortados, comienzan a abrir la cortina.
OvalleHoy.cl