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El gran acueducto que salvará la agricultura provincial

Chile posee actualmente una brecha de agua dulce y fresca de 82,6 m3/s que al año 2030 aumentará a 149 m3/s, estimada al comparar la disponibilidad de agua con las proyecciones de crecimiento económico e infraestructura prevista a construir (agua para la bebida, el saneamiento y la producción de alimentos entre los mayores demandantes. Escenarios Hídricos)

 Esta brecha, de no cubrirse, pone a nuestra fruticultura regional en peligro de desaparecer. Es imposible que las lluvias, cada vez más escasas, logren cubrir un mínimo de esas necesidades por lo que cualquier medida que se tome, que no sea la instalación de plantas desaladoras, son simplemente medidas de mitigación, absolutamente insuficientes para cubrir esa brecha.

La visión de un experto en el tema

“La Cuarta Región, por ejemplo, con su clima árido, de vegetación arbustiva, pero de excelencia para cultivos como las viñas, comenzará a mostrar un paisaje cada vez más parecido al desierto, donde será imposible sostener la agricultura tradicional”. (Doctor Fernando Santibáñez, Diario La Tercera, junio 2013)

Fuente a este sombrío panorama, seguramente surgirán muchas grandes ideas que apunten a salvar la agricultura regional y abastecer de agua a la población limarina.

Yo también tengo mi propuesta:  El PROYECTO HALFAROJ, (Para identificarlo de muchos otros que se presentaran) considera una planta desaladora, con un gran ACUEDUCTO, de 100 kilómetros de largo y una elevación de 87 metros que deposite el agua desalada en el embalse Cogotí y de ahí se incorpore al sistema interconectado de embalses de la provincia del Limarí., La Paloma y Recoleta, dando el suplemento hídrico necesario para salvar la agricultura provincial.  Además de suplementar el déficit hídrico de la cuenca del Limarí, el gran ACUEDUCTO dejaría bajo riego, por su trazado, una importante superficie de comunidades agrícolas como, Peñablanca, Mantos de Hornillos, La Cebada, Centinela, Quilitapia, Manquehua, Soruco, entre muchas otras y cuya superficie a beneficiar dependerá de la capacidad hídrica del acueducto. Pensando en ello, recordemos que con un litro por segundo se puede cubrir la demanda de hasta 4 has de riego. Por lo tanto, 1 m3 por segundo cubriría 4.000 has y 5m3 por segundo llegaría a cubrir 20.000 hectáreas.

La energía, que se dice es el gran costo, tiene varias fuentes alternativas:

  1. Fuerza generada por las diferencias de altura entre la planta desaladora y el deposito, 87 m. de altura.
  2. Energía proporcionada por parques eólicos, fotovoltaicos o energía del mar.

El proyecto podría ser diseñado por el departamento de Ingeniería Civil de las universidades regionales.

Hasta ahora, pensar en otorgar agua a las comunidades agrícolas por medio de desaladoras era simplemente imposible, porque las prioridades de financiamiento están fijadas por el concepto costo beneficio social, lo que las dejaba fuera de toda opción. Hoy el costo beneficio tiene el componente de que es absolutamente necesario hacer la inversión en riego porque es la única posibilidad de salvar la brecha hídrica y con ello la agricultura provincial.

No hay otra alternativa.

Sin desaladoras, no habrá agua.

Sin agua, no habrá región.

Héctor Alfaro Jeraldo

OvalleHoy.cl