InicioEconomíaEconomíaEmbalse Recoleta cumple 83 años de su puesta en marcha.

Embalse Recoleta cumple 83 años de su puesta en marcha.

Fue la primera y más grande obra de su tipo en Chile y Sudamérica. En la actualidad, el embalse no sólo es de vital importancia para el sector agrícola, sino también para el turístico, concentrando el interés de los visitantes por conocer este inmenso lago artificial que forma parte del Sistema de Riego Paloma.

Entre fines del siglo XIX y comienzos del XX, un joven y visionario ingeniero agrónomo del valle del Limarí, entendió que la agricultura bajo irrigación artificial era la palanca de desarrollo para salir de la crisis económica producida por el ocaso de la industria cuprífera del mineral de Tamaya. En plena época de explotación salitrera había una oportunidad para abastecer de productos agrícolas a todo el norte grande de Chile. La enorme riqueza del suelo agrícola estaba, sólo faltaba el agua.

Así, la permanencia de Cerrillos de Tamaya vino de la mano de Arturo Villalón Sieulanne, quien luego de recibirse de agrónomo en 1897 regresó a su tierra para construir las primeras obras de regadío y así llevar el agua a extensas propiedades –antiguamente de secano– que destinó a la producción de cereales y ganado. El amor a la tierra que lo vio nacer le dio la fuerza y persistencia necesaria para llevar adelante una idea que –en ese tiempo– muchos consideraron irrealizable: Un dique para almacenar 105 millones de metros cúbicos de agua destinada a regadío, aún en tiempos de sequía.

Con capitales propios comenzó a delinear su obra: Financió los estudios necesarios, construyó sifones y kilómetros de canales para llevar agua desde el rio Hurtado hacia Cerrillos de Tamaya. Uno de estos canales lleva su apellido y es hoy el más importante conducto del Embalse Recoleta. Posteriormente el Estado, a través de la Caja de Crédito Hipotecario, le otorgó un préstamo de 5 millones de pesos para su financiamiento.

En 1912 construyó dos embalses de 7 millones metros cúbicos: El “San Antonio” y “La Concepción”, bautizados así en honor a sus padres. Al poco tiempo, estos fueron insuficientes para regar la extensa llanura y comenzó a soñar en una obra mayor: El Tranque La Recoleta. La idea de levantar una gran represa requería de fuertes capitales. En 1927 el Estado chileno se hace parte del anhelo de Don Arturo Villalón e inicia los estudios de la obra. Dos años después se contrató a la firma norteamericana Ulen y Cía para su construcción. En 1931 los trabajos continuaron bajo la administración fiscal y en 1932 se hizo cargo la firma Boso y Cía Ltda en cuyo contrato se dio por terminada a la obra. El domingo 19 de agosto de 1934 se inauguró oficialmente el Tranque La Recoleta: La primera y más grande obra de su tipo en Chile y Sudamérica. La ceremonia fue presidida por el Ministro de Fomento Matías Silva en representación del Gobierno de Arturo Alessandri Palma y bendecida por el Cardenal José María Caro.

Arturo Villalón obtuvo el reconocimiento de la Sociedad Agronómica de Chile y de la prensa de aquellos años. Pero la intima satisfacción de ver su anhelo realizado tuvo un alto costo personal: Veintisiete años de lucha y todo su patrimonio hipotecado, cuya deuda se duplicó a los pocos años perdiendo gran parte de su patrimonio. Falleció en Ovalle en 1943.

APORTES TÉCNICOS

Del embalse derivan 350 kilómetros de canales que permiten el riego a 700 regantes asociados. Es el cuarto embalse de mayor capacidad en la región detrás de La Paloma, Puclaro y Cogotí. En la actualidad la represa no sólo es de vital importancia agrícola para sectores como Talhuén, Cerrillos de Tamaya o Quebrada Seca, sino también para el sector turístico concentrando el interés de los visitantes por conocer este inmenso lago artificial.

Estando a su máxima capacidad alcanza los 96 millones de metros cúbicos y su espejo de agua cubre una superficie de 550 hectáreas. Posee dos fuentes de abastecimiento: La Quebrada de Higuerillas y el Rio Hurtado. Su largo hacia la primera es de 5,2 kilómetros y hacia el segundo es de 3,3 kilómetros sobre los terrenos donde antiguamente estuvo emplazado el pueblo de La Recoleta, razón por la cual debe su nombre.

La presa fue construida con tierra expresamente seleccionada en su parte central y cubierta de piedras, tierra y un sólido enrocado. La base del muro posee 246 metros, una altura de 60 y 10 metros de ancho en su coronamiento por donde pasa la Ruta D–595. De lado a lado, tiene una longitud de 825 metros. El cubo total del macizo o terraplén alcanza 1.450.000 metros cúbicos. El vertedero del Embalse Recoleta es por rebalse natural cuando este llega a su máxima capacidad, vaciando el agua por el canal de vertedero hasta el cauce del Rio Hurtado aguas abajo.

ORGANIZACIÓN DE REGANTES

En 1953 se conformó la Asociación de Canalistas del Embalse Recoleta, organización de derecho privado encargada de distribuir las aguas de la represa. El 8 de julio de 1994, el Presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle y el Ministro de Obras Públicas, Ricardo Lagos Escobar, a nombre del Estado de Chile transfieren el dominio de los terrenos que conforman la obra denominada Tranque La Recoleta a los usuarios y a la organización de regantes –constituida por la Asociación de Canalistas del Embalse Recoleta– para su administración. En la actualidad la organización cuenta con un sistema fortalecido. Su administración –a través de un proceso denominado “Gestión del Agua”– ha logrado el revestimiento de los canales de distribución y la impermeabilización de los embalses de regulación corta, logrando minimizar los efectos de la sequía y maximizar la entrega del recurso hídrico a sus regantes, recuperando la seguridad de riego en un 85% materializados en un riego normal para 4 a 5 años sin precipitaciones.

OvalleHoy.cl