Con la realización de seminario internacional sobre valoración de productos agroalimentarios, concluyó programa de innovación dirigida a pequeñas empresas de la región de Coquimbo.
Un grupo de 56 micro y pequeñas empresas de Monte Patria, Punitaqui, Combarbalá, en la Provincia de Limarí y Canela en la Provincia del Choapa, formaron parte de un programa de difusión tecnológica destinado a la Innovación y desarrollo de productos agroalimentarios de las zonas de rezago de la región de Coquimbo.
Esta es una iniciativa cofinanciada entre CORFO y los emprendedores, la que fue ejecutada por la Universidad Santo Tomás de La Serena, a través de su Centro de Investigación y modelación de negocios, CIMON.
Un proyecto que duró un año y nueve meses y que tenía como objetivo fortalecer la competitividad de los productores a través de la innovación y desarrollo de productos, creando valor a través del mejoramiento de los procesos productivos y la incorporación de nuevas tecnologías.
Sumando a esto la transformación de sus materias primas, considerando las nuevas tendencias de consumo que valoran un buen packaging y una marca que transmita tradición y particularidad, incorporando, además, identidad territorial a la oferta de nuevos productos agroalimentarios.
Por ello, como cierre del proyecto, se realizó un seminario que contó con la participación de dos expositoras de la Universidad de Sonora, de Méjico, quienes transmitieron sus conocimientos relacionados con la valoración de los productos agroalimentarios, a través de su vinculación territorial y la promoción del turismo agroalimentario.
Una actividad que facilitó la transmisión de conocimientos a emprendedores pertenecientes a los sectores productivos: apícola, cárnicos, panadería, frutas, conservas y productos deshidratados, lácteos y cervecería.
Dena Camarena Gómez, quien es directora de la división de Ciencias Económicas y Administrativas de la universidad de Sonora señaló al respecto que “de la cultura, la identidad que alberga un alimento viene su revalorización, que un producto se reconozca como tradicional de una zona, que tenga ese reconocimiento de las técnicas de producción, que siempre se han mantenido, pero que, al mismo tiempo, puedan incorporar elementos como la innovación”.
En tanto, Marcelo Chacana, director ejecutivo del Centro de Investigación y Modelación de Negocios, CIMON, de la UST, La Serena, sostuvo que “estamos trabajando día a día con el sector agroalimentario de la Región de Coquimbo y en lo particular con la zona de rezago; vienen nuevos proyectos porque ya hemos creado la masa crítica, las redes de colaboración. Estamos muy felices de que trabajemos de manera colaborativa y a largo plazo”.
Por su parte, Rodrigo Gutiérrez, coordinador regional de zonas rezagadas comentó que “estamos dando valor agregado a los productos, que son de primera calidad, de muy buen nivel”, a la vez que dijo que los recursos invertidos en este programa van “en directo beneficio de la gente, de los productores beneficiarios de estos programas, del territorio rezagado y que sirven para mejorar la calidad de vida”.
Con respecto al trabajo colaborativo con la Universidad Santo Tomás, aseveró que “sin duda la academia es relevante, estamos generando convenios con varias instituciones de educación de la región, creemos que en la medida que se potencie la educación y que la transferencia tecnológica, desde la academia a los beneficiarios sea real y palpable, vamos a tener una mejor región y vamos a poder desarrollar de mejor manera a los productores”.
