El Consejo Campesino de Monte Patria y la Junta de Vecinos del Peñón de Semita, abrieron un espacio para que la autogestión, el trabajo colaborativo, la música campesina y la abundancia de los huertos encontraran donde compartirse, demostrando que la soberanía aún respira en la comuna de Monte Patria.
Al calor de mesas llenas de churrascas, nueces, arrope de uva, higos, pebre, brazos de reina y otras delicias caseras, se reunieron vecinos de diversas localidades de la comuna de Monte, y sobre todo del Peñón, para disfrutar de cantos y cuentos locales y reflexionar sobre la situación del campesinado en el territorio.
Se conversó sobre cómo todo está diseñado desde la ciudad, sin considerar las particularidades de la ruralidad, y los impactos que esto trae, y del mismo modo se problematizó sobre cómo los primeros Tratados de Libre Comercio, que sonaban tan bonito, pero que significaron el cierre de los mataderos en la comuna y la inviabilidad de actividades económicas y culturales propias, imponiendo la dependencia y que fuera cobrando cada vez más terreno y más subsidio la agricultura química, el dinero plástico y la urgencia por dejar de ser campesino y transformarse en “emprendedor”.
Junto al acordeón de don Mario Madariaga, la guitarra de Alejo Cortés y Luis Figueroa, y la música de Danissa la farahona de la cumbia y la ranchera de Los Laureles, se vivió una jornada alegre, marcada por el baile y la certeza de que reunirse siempre hace bien, devuelve el alma al cuerpo y la semilla a la tierra.
Quedaron ganas de hacer ferias de productos y oficios locales, obras de reforestación, espacios de articulación, coordinación de iniciativas, y sobre todo de vitalizar los espacios de organización existentes, como el Consejo Comunal Campesino, que es una herramienta clave para cautelar una gestión de la política pública que fortalezca en vez de seguir precarizando la vida campesina.
Por: Consuelo Infante