Ésta será una columna distinta a las anteriores, pues quisiera en ella en primer lugar, agradecer a la Intendenta de nuestra Región, Lucía Pinto y a su equipo por el reconocimiento que he recibido con ocasión de la celebración del día internacional de la mujer, como una de las 100 mujer destacada de la Región y en segundo lugar quiero felicitar a todas mis pares, compartir con todos ustedes la dicha de recibir un reconocimiento de ésta envergadura, al reconocerme y agradecerme por mi apoyo a la Región de Coquimbo.
Junto con las decenas de mujeres con las cuales compartí un desayuno, se concibió un sentir, una idea en común, respecto a las mujeres y su rol en la sociedad y ésta fue que en realidad es responsabilidad de todos, sea cual sea el puesto, cargo, profesión u oficio; el de construir una sociedad en que ser mujer u hombre no sea tema, que ello, no determine el acceso a las oportunidades, a los roles que puede desarrollar uno u el otro, que exista esa libertad de elección y autodeterminación, que si bien siento que se ha avanzado muchísimo, aún quedan temas que deben mejorarse, como por ejemplo la brecha que hay entre los salarios de personas que desempeñan una misma labor con las mismas condiciones y reciben remuneraciones diferentes de acuerdo al sexo, pues uno le “cuesta” más al empleador. Siendo éste tipo de cosas las que hacen que aún no esté “pareja la cancha”.
Han pasado más de cien años, desde las primeras manifestaciones de las mujeres que marcharon para poder hacer visible una situación que estaba ocurriendo en sus lugares de trabajo y así con ello, poder exigir el tener el mismo acceso a las oportunidades que tenían los hombres de aquella época, pues al parecer en aquel entonces la educación especializada y desarrollo de prácticas profesionales, parecía estar limitado para las mujeres y destinado solamente a los hombres.
Gracias a números hitos que se fueron desarrollando a lo largo de los años, las mujeres hoy en día hemos logrado incluso “jugar” roles claves en la historia y hemos sido valoradas por ello, no por el hecho de ser mujeres sino por el aporte gestado, como por ejemplo, el de la médico Eloísa Díaz Insunza, quien consiguiera el desayuno obligatorio y el servicio médico en las escuelas; así como también creara la Liga contra el Alcoholismo y la Liga Chilena de Higiene Social; llegando a ser reconocida internacionalmente como mujer ilustre de América por su labor y aportes a la sociedad; también tenemos los aportes de Sargenta Candelaria Pérez, quien fuera la primera mujer en ser aceptada como soldado; ella sentó las bases para que otras mujeres se enlistaran en el ejército.
Además de las dos grandes mujeres anteriormente nombradas, tenemos otra chilena, quien fuera la primera mujer Ministro en Chile y en Latinoamérica, doña Adriana Olguín de Baltra, en la misma línea de grandes aportes y trasgresoras tenemos a Margot Duhalde Sotomayor, quien piloteara más de cien aviones durante 6 años, convirtiéndose además en la única mujer piloto latinoamericana que participó en la segunda guerra mundial o también la médico Marcela Contreras Arriagada, quien fuera una especialista en hematología e inmunología y colaborara en la creación del NationalBloodService de Gran Bretaña, el cual es considerado como un modelo a seguir por la OMS (Organización Mundial de Salud) y que fuera de todo ello, ésta fuera directora del organismo y presidenta de la Sociedad Internacional de Transfusión de Sangre.
Al igual que la médico antes mencionada tenemos a Rosalind Franklin, quien fuera la primera mujer en fotografiar la molécula del ADN y descubrir la estructura de nuestra composición genética, quien al poder captar mediante rayos X parte de la estructura del ADN, imagen que le sirvió de base a sus dos colegas Francis Crick y James Watson, para comprender la estructura del ADN y que así, con posterioridad, éstos publicaran en la revista Nature el artículo sobre la doble hélice del ADN que, en efecto, los hizo ganadores del premio Nobel por éste trabajo tan importante para la humanidad.
Podría seguir nombrando a un sinfín de grandes mujeres como, Ada Lovelace; Lise Meitner; Marie Curie; Juana de Arco; Virgina Wolf; Amelia Earhart; Teresa de Calcuta; Malala Yousafzai; etc. y no terminaría nunca porque la lista es eterna. Lo que quiero trasmitir con todo ello, es que todas éstas grandes mujeres, rompieron esquemas no se victimizaron ni acomplejaron por el hecho de ser mujer; sino al contrario ellas se impusieron y fueron pioneras, en sus diversas áreas, fueron en busca de sus sueños y lo consiguieron con mayores adversidades de las que hoy pudiéramos enfrentar; el ser mujer no es símbolo de ser débil o que nos debieran por ello, el regalar las cosas dándonos cuotas, peldaños, puestos en Instituciones, en el Congreso, en los Bancos, etc. pues eso sería una ofensa para todas las que lucharon para alcanzar sus sueños y lo siguen haciendo, la “cancha” se debe medir por la meritocracia y las capacidades de cada cual no por el sexo que cada uno tiene.
Susana Verdugo Baraona.