En mi columna de la semana recién pasada, quise tratar el tema del reciclaje y la importancia de contribuir a cuidar nuestro ecosistema, así como el hecho de respetar las normas de buena conducta, el respeto con el medio ambiente y todo lo que nos rodea; lo que incluye el respeto a los derechos de las demás personas. Respeto que se ve vulnerado cuando estoy caminando en una plaza con juegos para niños por ejemplo y hay una persona instalada en una de las bancas fumando y tirando las colillas de sus cigarrillos al piso.
Frente a éste hecho, podemos apreciar, su desprecio en primer lugar por un ambiente libre de humo, en donde contamina el aire de todos los niños, padres y personas que tienen a su cargo a esos niños que juegan plácidamente en los juegos de esa plaza, no le importa que muchos de ellos estén en etapa de crecimiento y que se encuentren mujeres embarazadas a su alrededor; en segundo lugar desprecia la creación de dichas áreas verdes y el cuidado que el personal de aseo y ornato de la municipalidad se esmera en mantener, pues al tirar las colillas de su vicio al suelo, no hace otra cosa que menospreciar el trabajo ajeno y el derecho de vivir en un medio ambiente libre de contaminación.
Muchos pensaran que son un par de colillas de cigarrillos más o menos, que se levantan y listo, pero es ahí el problema, primero comenzamos con las colillas de cigarro, luego con la caja de jugo, el envoltorio de algún dulce y así se va transformando en un basural un área que todos pudiésemos aprovechar; además de todo lo anterior, ésta personas nos transforma a todos los que estamos a su alrededor en fumadores pasivos, producto de su vicio, si quisiéramos alejarnos deberíamos abandonar los juegos de la plaza que son un espacio de esparcimiento para que nuestros hijos, nietos, sobrinos, etc. puedan compartir con otros niños, se descubran y se diviertan.
Me pregunto ¿por qué mejor nuestros legisladores no se preocupan y ocupan de crear una ley que de verdad nos de espacios libres de humo y no leyes sin sentido que se remiten a reglamentos inexistentes o que regulen situaciones que antes de que se entrometieran funcionaban mejor como, es el caso de la famosa Ley que regula el cobro en los estacionamientos? no sería bueno que se implemente a nivel nacional la medida que impulsó el alcalde de la Comuna de Las Condes con su Consejo, en donde a través de una ordenanza municipal, prohibió fumar en plazas y parques, pues son un lugar donde las personas van a pasear, a esparcirse a disfrutar de la naturaleza, a compartir con sus hijos o bien a ejercitarse y deben por lo tanto, ser zonas libres de humo.
Ésta prohibición no sería necesario si las personas fueran más conscientes y respetuosas, pues si bien es cierto, una persona me puede decir que tiene todo el derecho a fumar un cigarrillo porque eso lo relaja, lo distrae, lo desestresa o de o no la razón que quiera, no es menos cierto, que la otra parte, la persona que sería el fumador pasivo tiene el mismo derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación; por lo que el derecho de uno (el del fumador en parques y plazas) terminaría o bien se vería limitado por el derecho del otro (que es el de vivir en un ambiente libre de contaminación).
De hecho, creo que la gran mayoría de las personas que no fuman, coincidirán conmigo que es sumamente desagradable estar en un ambiente sea o no al aire libre, donde una persona esté fumando y le deje toda la vestimenta, el cabello y el cuerpo en general impregnado con el humo del cigarrillo y peor aun cuando uno va caminando por la calle y la persona que va delante de nosotros o en sentido contrario a nosotros expulsa el humo de su cigarrillo y uno en vista que va tras ella en una misma dirección o por el contrario se lo encuentra de frente porque vamos en direcciones opuestas nos vemos envueltos por esa “nube” tóxica de su vicio.
Por lo que no sería malo que se adoptara la normativa que tienen algunos países de Asia y Europa que no se pueda fumar en ningún lugar público y que solamente las personas que quieren fumar lo deban hacer en sus hogares o en recintos destinados específicamente para ello, para que así se respeten los derechos de las personas que quieren un ambiente libre de contaminación de todo tipo en especial si están velando por cuidar la salud de sus seres queridos.
Susana Verdugo Baraona.