En la mañana de ayer lunes en la Feria Modelo de Ovalle se realizó una singular protesta, en la que todos los puestos del sector minorista aparecieron adornados con globos o banderas negras.
Esto para “reclamar por la competencia desleal del sector mayorista y la proliferación del comercio ambulante de frutas en las calles de Ovalle principalmente en calle Benavente”, según señalan en la página de Facebook del recinto comercial. Los locatarios acusan “benevolencia” de la autoridad municipal y de carabineros “quiénes deberían controlar el comercio ilegal , considerando que las ventas han disminuido considerablemente en la feria”, agregan.
Los comerciantes vienen señalando desde hace mucho tiempo de la particular “asfixia” a la que son sometidos por un cinturón de comerciantes callejeros que se instalan en las calles cercanas al recinto comercial, ocupando espacios públicos y sin pagar permisos, trabajadores o impuestos. Eso no obstante que en los últimos meses, mediante letreros se ha conseguido mantenerlos a raya en las afueras del reducto.
Asimismo a los minoristas de frutas y verduras les preocupa que un sector de Mayoristas o “posturas” trabajen comercializando sus productos al detalle, compitiendo claramente con ellos.
No obstante eso, comerciantes de ese sector se defienden señalando que son los mismos minoristas los que se abastecen de ellos durante las jornadas, adquiriendo productos a muy bajo precio que posteriormente venden en sus puestos a mucho mayor valor.
Lo mismo opinan algunos clientes que afirman que los precios en la Feria Modelo están lejos de ser atractivos, siendo mucho mas favorables los que ofrecen los comerciantes que se instalan en las aceras. “¿Porqué ellos sí venden productos de calidad y a muy bajo precios y no pueden hacer lo mismo en la Feria, ah?, dice una persona.
Otros en cambio coinciden con los feriantes y sugieren retirar a los ambulantes de las calles para reubicarlos en la Feria, donde aseguran, hay mucho espacio “y que compitan todos en las mismas condiciones”.
Lo cierto es que parece que a los comerciantes de la Feria Modelo se les terminó la paciencia y estarían dispuesto a ir endureciendo sus demandas si no son escuchados por las autoridades que, dicen, “quieren quedar bien con Dios y con el diablo”.