A raíz de los constantes desaciertos del actual Gobierno, este está sufriendo el síndrome del pato cojo; que no es más que la pérdida total o parcial, del apoyo tanto del o los partidos que lo conforman y su electorado en su última fase, lo cual deriva en que los políticos más cercanos al Gobierno, empiecen a operar en función de sus propios intereses y de las expectativas del futuro Gobierno, que del actual.
Basta con sólo mirar y remitirse a la última encuesta CEP y ver las declaraciones de altos personeros de la Nueva Mayoría, como por ejemplo las del Ministro de la Secretaría General de Gobierno, Marcelo Díaz (PS), al decir que en Chile, “se ha agotado el sistema de gobernabilidad”; llegando a ser emplazado por sus dichos por el Senador Ignacio Walker, quien los calificó de “particularmente graves al venir de un vocero del Gobierno, que no estaba para dar opiniones personales, sino que se supone que está para reflejar la opinión del Gobierno y que por estas declaraciones, le debía una explicación tanto al Gobierno como al país, puesto que decir aquello, era equivalente a insinuar que estábamos al borde de la ingobernabilidad”.
Asimismo, resultan igualmente preocupante las declaraciones emitidas por el Senador I. Walker luego de 30 meses de iniciado el actual Gobierno, al intenta eludir sus responsabilidades como Presidente de la DC de ese entonces (2013) al señalar que él no firmó, ni suscribió el programa de Gobierno (que se está llevando a cabo desde marzo del 2014) y que él, tan sólo lo conoció tres semanas antes de la elección (octubre del 2013), vale decir; que él dio un apoyo a ciegas, un acto de lealtad, dejando en evidencia que todo esto fue por una conveniencia política y no por buscar entregar lo mejor a la ciudadanía.
Por otra parte, el ex Ministro Burgos y el vicepresidente de la DC Sergio Espejo, insisten en poner fecha de vencimiento a la Nueva Mayoría que sería, al término del actual mandato.
Los resultados de la encuesta CEP, son lapidarios tanto con el Gobierno como con los posibles candidatos presidenciales; ejemplo de ello son: el bajo apoyo histórico de Bachelet (15%), que no sólo ha sido el más bajo de la historia de Chile, sino que además ella es actualmente la Presidenta que goza del menor apoyo a nivel de Sudamérica, [incluyendo a la actualmente suspendida de sus funciones como Jefa de Estado y de Gobierno, Dilma Rousseff]; por otra parte tenemos al Gobierno y a la Presidenta con una nota roja (3,3) en todo lo que es de interés para la ciudadanía, como son: educación (3,0); salud (2,8); delincuencia (2,0); control de la corrupción (2,3); etc. puesto que el Gobierno no ha hecho más que empecinarse en llevar a cabo y sacar adelante reformas del todo improvisadas y dañinas para el país, como ha quedado reflejado en los efectos que ha acarreado la reforma tributaria y el casi nulo interés en la participación de la ciudadanía en los cabildos llegando como máximo a un (5%) después de cambiar las bases de participación en más de una oportunidad.
Sin embargo, los más preocupantes es que el actual Gobierno tiene nula autocritica frente a esta situación y mientras no se corrija el rumbo la situación de Chile irá de mal en peor. Como dijo una vez el Timonel del PS Osvaldo Andrade “Chile no merece un presidente con este nivel de desaprobación” (por el ex Presidente Piñera quien contaba al momento de dicha frase con un respaldo del 35% y un rechazo del 53% según la encuesta Cerc versus la Presidenta que actualmente cuenta con un respaldo de un 15% y un rechazo de 66% en la encuesta CEP); saque sus propias conclusiones.
Dra. Susana Verdugo Baraona