En este día tan especial en el cual se reconoce todo lo que significa el aporte que se hizo parte en la hermosa creación que Dios nos puso en una mujer, la cual pone su ternura, su feminidad, su ser en esta tierra mostrando su capacidad para absorber la indiferencia y ser el complemento ideal del proyecto de Dios para alcanzar este Reino de amor y darlo a conocer en este mundo.
Desde lo más profundo del ser, se le agradece por ser la que cobija dentro de su vientre, la que da a conocer la luz, la que sostiene en sus brazos, la que enseña los primeros pasos, la compañera de la vida con la cual se forma una familia, la hermana con la cual compartimos los anhelos y esperanzas, la amiga que muchas veces nos cobija en las tristezas, la que nos levanta con una palabra, la mujer que pone su gracia, su empuje, su fuerza en los caminos de la vida, que nunca desmaya en las labores que realiza cada día; pero de sobremanera el gran amor que entrega cada día y la sensibilidad para poner énfasis en las pequeñas cosas de la vida.
Aunque quedan signos que duelen por la violencia que muchas veces se actúa contra la mujer, la desigualdad en los sueldos, el no respetar sus derechos humanos y la valoración que se debe tener hacia ellas en todo lo que dignifica su papel en la historia de la humanidad, falta mucho por hacer y sobretodo como mirar a la mujer no como un objeto sino como alguien que tiene los mismos derechos y oportunidades para avanzar.
Dame Señor las palabras adecuadas para poder plasmar en este sencillo homenaje, la importancia que se recibe cada día en cada mujer; que es el mejor marco con la cual Dios puso en la tierra para dignificar la vida con su delicadeza, su empuje; y entregar a cada mujer la mejor bendición que nace del fondo agradecido del ser, para comunicar todos los dones que Dios entrega, para repartir anhelos y esperanzas, compartiendo la sonrisa de ser feliz.
Gracias por tu aporte,
Gracias por ser compañera,
Gracias por la hermosura y la gracia,
Gracias por el esfuerzo que realizas cada día,
Gracias por el grano y el sudor del esfuerzo,
Gracias por tu sonrisa sincera,
Gracias por poner la delicadeza,
Gracias por construir el amor,
Gracias a Dios porque nos colocó a la mejor persona esa eres tú mujer.
Hugo Ramírez Cordova.
