El gobierno de Francia anunció recientemente la prohibición desde el año 2022 de la venta de huevos frescos criados por gallinas enjauladas, dándose preferencia a los denominados huevos de «gallinas felices».
¿Cuáles son estos? Aquellos producidos por aves de criaderos al aire libre y no de los de jaulas, apiñadas en espacios cerrados sin luz natural.
La tendencia a una alimentación saludable, y los esfuerzos que se han realizado son importantes. Si bien la Ley de Etiquetados tiene como responsabilidad informar sobre la composición de los alimentos, existen otros que se distinguen por usar otras alternativas en sus procesos, como el huevo.
Desde hace un tiempo que los huevos de “gallinas felices” están siendo elegidos por muchos. Esto, porque los consumidores buscan otras alternativas a los tradicionales sistemas de producción. Esta nueva elaboración está dada por gallinas que crecen y se mueven sin restricciones, en un ambiente natural y sin tener que pasar por el estrés de estar encerradas.
Jessica Liberona, nutricionista e integrante del programa de Obesidad y Diabetes de Clínica Universidad de los Andes, explica que “el huevo es un producto que es homogéneo y tiene características y particularidades similares, ya que todos aportan vitaminas y proteínas. Sin embargo, tienen diferencias en el sabor y color, lo que puede hacer una diferencia en las preparaciones”.
Estos huevos tienen algunas ventajas, como el entorno donde se encuentran las gallinas, donde se pueden desplazar libremente. Además, el sabor es distinto, ya que el animal metaboliza en forma diferente su alimento al estar en constante movimiento.
La especialista indica que “si bien existen múltiples teorías, lo importante es que el huevo es un alimento rico en proteínas de alto valor biológico, siendo su contenido de aminoácidos comparable con los lácteos o las carnes. Por otra parte, es una excelente fuente de vitamina B12 y colina, nutrientes que se relacionan con múltiples procesos metabólicos relacionados con el sistema nervioso”.
Así mismo, dependiendo del alimento que reciban los animales de producción, es posible modificar la composición de ácidos grasos que se encuentran en la yema. Ese es el caso de gallinas cuya dieta diaria contempla el consumo de ácidos grasos omega 3, lo que aumenta el contenido de este importante componente en la yema. Esto facilita el consumo de grasa de buena calidad en la alimentación, lo que puede contribuir a disminuir enfermedades cardiovasculares, altamente prevalente en la población chilena.
Estas características hacen que sea un alimento importante que debe estar presente en el plan de alimentación de niños, adolescentes, adultos y adultos mayores.
Equipo OvalleHOY