Ovalle recibió el año 2015 con música, fuegos artificiales y abundante champaña, celebraciones que se prolongaron hasta bien avanzada la madrugada del primer día del año.
Contrastando con la efervescencia de la tarde del miércoles 31 cuando el paseo peatonal era un verdadero hormiguero de gente haciendo sus últimas compras del año, al día siguiente el centro de la ciudad hasta cerca del mediodía era un lugar desierto en el que transitaba alguno que otro madrugador. O un apurado pasajero que se apresuraba para ir a coger un bus en la alameda.
Contribuía a eso la ausencia de la mayor parte de la locomoción colectiva en las calles, y al cierre de las puertas de las grandes tiendas .
Gradualmente, pasadas las 13.00 horas el centro comenzó a cobrar vida y la ciudad a sacudirse el sopor de las celebraciones.