Durante una semana siete estudiantes del Instituto Santo Tomás, sede Ovalle formaron parte de la comitiva de 200 jóvenes que se empeñaron por mejorar espacios comunitarios, construir medias aguas y realizar actividades solidarias en la comuna de Caldera.
Hasta la Región de Atacama llegaron los estudiantes ovallinos para sumarse a los voluntarios que llegaron desde las distintas sedes de las Instituciones Santo Tomás que se encuentran entre Santiago y Arica, para trabajar por la comunidad, una actividad organizada todos los años por la Dirección de Asuntos Estudiantiles a nivel nacional, de esta casa de estudios.
Según señaló Priscila Araya Tabilo, directora de Asuntos Estudiantiles, sede Ovalle, los jóvenes limarinos fueron destacados por su participación “puesto que realizaron todas las actividades de muy buena manera” y demostraron además grandes dotes de liderazgo.
Por otra parte, la profesional comentó que la evaluación en general fue muy positiva, no sólo por parte de la organización, sino que también de la comunidad calderina. En este sentido dijo que “la alcaldesa Patricia González estaba muy contenta porque se eligió su comuna para estos trabajos voluntarios. Además, los vecinos les llevaban agua y colaciones a los jóvenes que estaban trabajando”.
Pablo Hidalgo Díaz egresado de la carrera de Ingeniería en Prevención de Riesgos, también notó la buena recepción y dijo que “este año fue distinto porque trabajamos en la comunidad, toda la gente nos veía y además debíamos trasladarnos caminando. Nos decían que muchas veces a gente de Caldera les daba vergüenza que niños de otras ciudades fueran a limpiar o arreglar cosas que podrían haber hecho ellos mismos”.
La presencia de los jóvenes tomasinos no pasó inadvertida puesto que hasta los medios de comunicación locales reportaron de los trabajos que estaban realizando.
Trabajo arduo pero bien recompensado
Fueron días intensos que vivieron los estudiantes ovallinos, para cumplir con los objetivos propuestos de hermosear espacios comunitarios, construir medias aguas y realizar acciones solidarias como un bingo con una junta de vecinos para apoyar a una calderina enferma.
Sin embargo, también hubo tiempo para compartir y aprender. Pablo Hidalgo, comentó que este es su tercer voluntariado y que “es muy grato ayudar a las personas, aportar nuestras habilidades como estudiantes y conocer a otras personas de las sedes de Santiago a Arica, nos permitió conocer la cultura de los nortinos, es un intercambio cultural”.
Además, luego del trabajo en terreno los jóvenes tuvieron actividades recreativas y de formación, como talleres de liderazgo, trabajo en equipo y un merecido día de playa para culminar una semana de experiencias enriquecedoras.
En este sentido, Hidalgo dijo que “esto ayuda a reforzar las habilidades blandas, porque a uno lo forman profesionalmente en el aula, en su carrera, pero también va de la mano saludar, ser respetuoso. Es una experiencia recomendable para quienes quieran participar por primera vez o repetirse el plato”, concluyó.