En la mañana de ayer sábado el artista Augusto Salazar, ZANCA, pasaba por calle Vicuña Mackenna y advirtió que uno de los arbolitos ubicado frente al local de Calzados Beba, estaba quebrado por la mitad.
De seguro un gracioso o un grupo de ellos había pasado en la madrugada y las emprendió por divertirse contra la especie ornamental.
ZANCA, premunido de un alambre, y con el apoyo de dos empleados de la zapatería, que aportaron una huincha engomada, levantaron el delgado tronco, lo ataron con el alambre y finalmente lo apuntalaron con la huincha en dos o tres lugares para inmovilizarlo.
Ellos esperan que la naturaleza haga el resto y que el árbol pueda recuperarse y continuar creciendo con relativa normalidad.
Sin embargo no bastan estos gestos de personas responsables para cuidar los árboles que desde hace largos años buscan desarrollarse para dar sombra y verdor al paseo, si hay otros sujetos que aprovechan la oscuridad para hacer desmanes impunemente. ¿Y las cámaras?