Sr. Director:
La carretera de la sangre nuevamente cobro su peaje, la noche del viernes se llevó a dos alegres músicos que pasaban por nuestra ciudad . A los Ovallinos que compartieron con ellos les dejó un recuerdo imborrable. Al día siguiente quienes nos enteramos de esas muertes, nos produjo dolor y pena.
La reflexión que me permito hacer antes estas circunstancias es la siguiente: Es inquietante que con cierta periodicidad se vea en las páginas de los diarios locales todo tipo de accidentes en ese camino. No sé a quién se pudiera culpar de estas nuevas muertes o a las anteriores. ( rogando que no ocurran) las próximas.
Los siguientes hechos me lleva a preguntar lo siguiente:
¿Qué es lo que se debiera hacer exactamente para que no sigan sucediendo estas pérdidas dolorosas ?.
¿Es culpa de la discotheque que está en mala ubicación y quienes otorgaron el permiso de trabajo y funcionamiento no calcularon estas desgracias?
¿Es la fuerza pública que no está tomando las precauciones de hacer cumplir las leyes y ejecutar planes de prevención y controles rutinarios a conductores y peatones que los fines de semana concurren a esa discotheque?
¿Será que quienes deben entregar las licencias de conducir no están poniéndolas en buenas manos o es que la locura por los automóviles y la vorágine de la diversión está pasando la cuenta a una sociedad con su enfermedad y se está llevando a muchos jóvenes que podrían haber aportado más a nuestra ciudad y al país?
De cualquier forma, creo que estos bellos y alegres jóvenes que pasaban por Ovalle con su música, nos están ayudando a reflexionar y a preguntarnos qué clase de ciudad queremos , como la queremos y para que la queremos.
Atte.
Sergio Olivares Contreras.
Documentalista.