
La Falange Nacional se funda el 12 de octubre de 1935. Después de la ruptura conservadores-Falange, llevó a los jóvenes social-cristianos a una nueva era de su desarrollo político. Ahora se pertenecían a sí mismos. Ciertamente ellos habían fundado la Falange Nacional como una autónoma y «jerárquicamente organizada» versión de la Juventud Conservadora. Pero incluso entonces permanecían dentro de la esfera de influencia del partido «padre.» Desde la decisión de reorganización, sin embargo, se habían cortado todos los puentes.
Definición Doctrinal y Organizativa
La evidencia de que había obtenido su propio repertorio de fines, distintos de aquellos del Partido Conservador, surgió de la definición doctrinal y organizativa adoptada por la Falange al comienzo de 1939. El número de abril de Lircay (Primera revista de la Falange) presentaba una fresca muestra de la ideología del grupo; los «Veinticuatro Puntos Fundamentales de la Falange Nacional.» Aquí los jóvenes dirigentes revisaban sus propósitos. El punto número uno definía la Falange como una cruzada que se propone instalar un nuevo orden en Chile. Más que un simple partido, es una afirmación del destino de Chile, y una inquebrantable voluntad [puesta] al servicio de la nación.
¿Quedaba alguna duda acerca del enfoque mesiánico de los social-cristianos?
Los veinticuatro puntos reiteraban el rechazo del marxismo y del fascismo como venenos para la organización política de Chile. Insistían en la dignidad del hombre como «supremo valor de la vida cívica,» y acentuaban la santidad de la familia y la importancia de una aproximación cristiana a los temas sociales. Sin embargo, el punto quinto «rechazaba toda confusión entre la religión y la política,» enfatizando que la «Iglesia y la religión se hallan por encima de las contiendas partidarias.» )
¿Y qué pasaba con la cuestión social? Aquí se encuentra el énfasis de los veinticuatro puntos. El capitalismo era marcado como un sistema que mantiene a las masas en la esclavitud moral y económica.
En su reemplazo, el documento proponía un estado corporativo en el cual los trabajadores disfrutarían de: 1) salario justo, 2) compartirían las ganancias, 3) oportunidades de alcanzar la propiedad y 4) protección legal, especialmente en lo concerniente a la sindicación.
La producción nacional debe tener una tasa de crecimiento tal que la tierra y el trabajo rindan el máximo de posibilidades. La riqueza obtenida debe ser distribuida de acuerdo con el espíritu de la justicia social: el que tiene como primer propósito el mejoramiento de las condiciones de vida de todo el pueblo chileno.
Este pronunciamiento doctrinal también discutía el sector agrícola de la economía. Por encima de todo urgía una reforma agraria, destinada a extender la cantidad de tierra cultivada, promover la tecnificación rural, y crear una atmósfera en la que el agricultor pudiese vender sus productos a precios remunerativos. El crédito y las cooperativas eran convocadas para satisfacer las necesidades de los campesinos dado que la redención moral y material de los aparceros figuraba entre los propósitos de la Falange.
Los veinticuatro puntos abogaban por una «educación nacional y cristiana.» A este particular, los social-cristianos se dirigían a una juventud que no podía aspirar a un trabajo independiente y remunerativo, sino que encaraba solamente el estéril porvenir de ser tragada por una burocracia envolvente…
En cambio, la Falange recomendaba una educación técnica, que beneficiaría la economía nacional, y le daría una orientación humanitaria.
Al par que sus objetivos se hallaban lejos de los de la Juventud Conservadora, se requería una nueva estructura organizativa que transformase a la Falange de apéndice de los conservadores en un partido político en el pleno sentido
En este tiempo, un grupo auxiliar femenino, la Falange Femenina, surgió como un departamento especializado dentro de la organización. La Falange estaba, de hecho, llevando adelante el punto número diecinueve de su programa; o sea proclamamos la eminencia de la misión de la mujer en la familia y en la sociedad. Rechazamos las doctrinas que colocan a la mujer en situación inferior.
A través de los años, la Falange cultivó asiduamente el apoyo al electorado femenino, hecho que pesó grandemente en los éxitos electorales posteriores. Con todo la Falange Femenina no era un grupo altamente politizado (la mujer chilena obtuvo el pleno sufragio recién en 1949), tomó a su cargo las actividades sociales, como primera tarea. Las mujeres juntaban y arreglaban la ropa para los pobres, se preparaban a sí mismas para los primeros auxilios y dirigían dispensarios en los que se proveía de servicios médicos en los barrios de la clase trabajadora.
Las actividades de ayuda, tales como los dispensarios, facilitaron la aceptación de la Falange entre los pobres. Para más, los jóvenes católicos abrieron una oficina de ayuda legal, que abarcaba casos en lo civil, laboral y criminal. Los anuncios que regularmente aparecían en Lircay, prometían «atención rápida, eficiente y enteramente gratis.» Habiéndoselas con problemas específicos, tales como las necesidades médicas y legales de la clase baja, la Falange mostraba una concreta expresión de su fidelidad a la cuestión social, y gradualmente se ganó el respeto de las clases bajas.
De la reorganización también surgió un departamento de prensa y propaganda. Con oficinas locales, provinciales y nacionales, este departamento comenzó a expandir el evangelio de la Falange. Al tiempo de su establecimiento, en julio de 1939, habían sido elegidos directores de once de las veintitrés provincias. En octubre había más de diez periódicos falangistas publicados por centros de Antofagasta a Magallanes. Más aún, los jóvenes social-cristianos hablaban semanalmente por Radio Cooperativa Vitalicia en Santiago y Valparaíso.
Yo creo que estamos reviviendo esos tiempos con una refundación doctrinaria ya que se han reincorporado muchos militantes que estaban alejados
¡Gracias a nuestros mentores: Eduardo Frei Montalva. Radomiro Tomic, Manuel Garretón, Bernardo Leighton. Ignacio Sepúlveda, Eliseo Richards y tantos otros que se me quedan en la memoria y que han sido baluartes de nuestra historia!!!
Hoy vemos que nuestros jóvenes han tomado la posta y seguirán su ejemplo ¡Gracias a todos quienes seguirán velando por el bien común!!!!
SERGIO BUGUEÑO FLORES
PRESIDENTE COMUNAL OVALLE
DEMOCRACIA CRISTIANA