La Gorda, mi esposa, no me cree cuando le digo que el video porno que sus amigas han recibido en sus facebook en los últimos días supuestamente enviado por mí, no es mío. Y tampoco que el pelado en cueros que aparece ahí con la rubia pechugona (que no es la vecina de la otra cuadra como ella piensa) tampoco soy yo.
Y no me cree.
– Gorda, lo que pasa que aquí hay una crisis de desconfianza, de credibilidad. Hay alguien con comentarios espúrios tratando de dañar mi imagen… – trato de argumentar.
Pero no hay caso. Ella no atiende explicaciones. No vaya a ser cosa que, «espúrio» o no, se le ocurra hacer un cambio de gabinete, o que me pida dar un paso al costado en señal de transparencia.
Y nuestras hijas que en lugar de conciliar en el conflicto, y explicarle de que se trata el asunto, le echan más carbón a la hoguera:
– ¿Que no te gustaba dar Me Gusta a la campaña para salvar a las cigüeñas de Paquistán, ah? ….- dice una.
-¿No te gustaba compartir la foto de la niñita raptada en Mendoza? – añade la otra.
-¿No te gustaba dar Me Gusta cuando te preguntaban si «amas a tu madre da Me Gusta?
-¿No te gustaba compartir la campaña Salvemos los pingüinos de Madagascar?
Pero la Gorda , que no cacha una de redes sociales, de virus, malwares, spyware, hackers, pishing, y todo eso, va al fondo del asunto; y dale que suene con el video y con lo de la rubia pechugona.
Sin embargo mis hijas tienen razón. Debo empezar a ser más cuidadoso con lo que hago en las redes sociales. Por ejemplo tengo que dejar de compartir con tanta ligereza cosas en facebook y controlar al máximo los Me Gusta.
Ah!! … Y por favor no se le vaya a ocurrir dar Me Gusta o Compartir a esto en la red.
Mario Banic Illanes
Escritor