InicioultimasOpiniónLa ley del embudo… bailando con la fea.

La ley del embudo… bailando con la fea.

Parodiando con la ley del embudo.  Refrán que funciona a lo largo y ancho en este país, dice: Lo ancho para mí… lo estrecho es para ti… El aforismo se refiere a la forma del embudo. Por eso se dice que en este país a muchos ciudadanos le toca lo angosto, derechamente, les toca bailar con la fea. Esta ley es contraria a la anhelada igualdad y la equidad que el gobierno de NM quiere establecer como bandera política. En Chile, esta ley, aunque no está dictada por ley, se aplica por la tradición. No es violada porque es clarita… tiene sólo un renglón.

La construcción de redes de corrupción para tener poder y conseguir dinero espurio lo obtienen por diversas vías, muchas veces, ocupando la ley del embudo. Se aplica, tanto en el sector público, como en el sector privado.

La ley del embudo la aplica la  nueva oligarquía, porque el poder supremo se concentra en manos de unos pocos. En la casta privilegiada que designa y ocupa los cargos de confianza y le gusta ocupar lo ancho del embudo. Este sector se constituye por obtener beneficios sustanciosos que, en muchos casos, no tienen los méritos suficientes para obtenerlos. Entre pitos y flautas… entre sueldos abultados, gastos reservados con boletas y facturas falsas, prebendas, nepotismo y otras malas yerbas, los primitivamente plebeyos, pasan rápidamente a ser oligárquicos. A esta clase de nuevo pelaje, les gusta el poder y el dinero que trae consigo. Les gusta repetirse el plato de los altos y sustanciosos cargos, en las denominadas “sillas públicas musicales. Un trampolín para las crecidamente sustanciosas sillas privadas, ocupando los directorios de las grandes compañías, incluidas las empresas de lobby.

Practicar el peculado, o la malversación de los caudales públicos, existen expertos, los que enlodan a la mayoría que es honrado. Considerando que, los funcionarios públicos, deberían ser los custodios y ejemplos a imitar. Son los encargados de legislar, ejecutar, impartir justicia y conferir seguridad.

Como contraparte, a los ciudadanos comunes, al aplicarle la ley embudo en forma estricta, les toca “bailar con la fea”. Les toca la parte angosta del embudo. Curiosamente, son aquellas personas que trabajan en forma anónima, ganándose la vida sin triquiñuelas y enfrentando con altura de miras las no pocas dificultades de la vida. Sin contar con redes de apoyo, más que sus propios méritos, juicio, aguante, perseverancia y decoro. Son los ciudadanos que  se levantan temprano a trabajar todos los días en las variadas actividades. Aportando a la nación, como lo hacen las laboriosas abejas capturando el polen, para producir la miel y contribuir a la sobrevivencia de la colmena. Actividades desarrolladas en la adversidad y en la abundancia. Es una trabajosa actividad de estos insectos…al igual que lo realizan los ciudadanos comunes y decentes.

Hemos visto que, ante los últimos escándalos políticos con implicancias judiciales, de como la ciudadanía presiona para que se investigue y exista una mayor justicia y transparencia. Pide que se investigue a todos y, no sólo a algunos. Que no se siga practicando, impunemente, la ley del embudo y, las instituciones, funcionen de verdad y se investigue todo… No seguir con la cantinela vacía que: “dejemos que las instituciones funcionen”. Pero el problema es que algunos quieren que funcionen  aplicando la ley del embudo: Lo ancho para mí…lo angosto para ti.

Lo que sucede, es que falta  decencia y consecuencia. Es muy distinto lo que se promete y realiza. Lo que es bueno para el país y lo que es bueno para la corruptela. Se constata, cuando vemos: ¿Cuántas promesas incumplidas, comisiones y leyes que no terminan en nada, porque están mal concebidas, son como el gatopardo o tienen vacíos?… la implementación de medidas de corto plazo asistencialistas, significan a la larga, más daños que beneficios. En cambio, la ley del embudo es clara para el que la aplica y a las que los afecta. Es especial, si se transforma en una máquina para defraudar mediante redes de corrupción que capturan el dinero y las conciencias de los ciudadanos a cambio de migajas y no con beneficios sustentables.

Mújica, el ex presidente de Uruguay, dijo más o menos así: “El poder no cambia a las personas cuando lo ejercen, sólo revela cuán verdaderamente ellos son…” Reflejan sí son consecuentes o inconsecuentes con sus principios y valores. Reflejan en el fondo de su ser, sí son decentes o indecentes.

¡Preocúpese, si le aplican la ley del embudo… desconfíen pues estoy muy seguro que, lo angosto será para ti!!!

En definitiva, al ocupar el poder en beneficio propio, al posarse en las más sustanciosas sillas musicales públicas, para luego pasar a ocupar las sillas musicales privadas en las grandes empresas, muy rápido transitan a la casta del país más privilegiada. Curiosamente, pasan a formar parte, “de los poderosos de siempre”. A los mismos que, dicen aborrecer y combatir. De esa manera, la anhelada democracia, al reunir a una casta privilegiada en el poder, degenera en la plutocracia. Con el dinero ilegítimo, ponen la música a bailar… a manejar los medios de  comunicación a su amaño. Es la nueva casta o calaña, ocupando la simple pero extensa y fácil ley del embudo. Son quienes pasan a dominar la economía y a toda una  nación.

Rodrigo Carmona Castex

Ovalle, 20 de marzo 2015

OvalleHoy.cl