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La verdad en la palabra de Dios

Como transmitimos el mensaje de Dios en nuestra vida, somos conscientes de que es algo en el cual hay que revelar lo esencial del mensaje y la Palabra de Dios, no debemos olvidar que en ella hay una verdad que sustenta toda la fe de las personas y no se debe instrumentalizar a fines específicos o a creencias determinadas, sino depurar con las bases que Dios puso en cada palabra que está escrita en las Sagradas Escrituras.

Siento que este tema me toca muy personalmente ya que muchas veces tengo que presidir liturgias, responsos, bautismos, matrimonios y es muy cierto lo que el Papa plantea en la necesidad de saber llegar con el mensaje y que este realmente traiga consigo en el oyente una verdadera recepción clara y que sea muy acorde con las realidades que le tocan vivir.

Es aquí donde de verdad se esparce en otros la verdadera semilla, la cual trae consigo la respuesta que cada persona recepciona en el mensaje que se quiere entregar, hay veces que podemos caer en el mensaje vacío que no produce ningún efecto, u otras veces en que siento que no supe interpretar bien lo que la Palabra me decía, pero lo más lamentable es cuando uno  no prepara bien lo que va a decir, en que cae en contradicciones que muchas veces se siente y debilita de ciencia cierta la riqueza que nos muestra las lecturas.

Por eso uno debe estar preparando desde una semana las lecturas aunque no sea yo el que va a entregar el mensaje porque hay que asimilar antes para comprender y analizar bien lo que Dios realmente me está diciendo, para experimentarlo y digerir de mejor forma lo que se va a decir, algunas veces me ha tocado ver que lo que se entregó no era lo adecuado, ya que muchos de nosotros no actualizamos el mensaje, es ahí donde se debe recurrir a ejemplos concretos que se viven para desde ahí sacar el mejor provecho para ponerlo en el contexto actual.

Se debe ser muy cuidadoso de no caer en tiempos extensivos que a la larga producen cierto letargo en las personas, ser más conciso en lo que realmente se va decir.

Y en los bautismos y responsos llevar una palabra de acogida que las personas sientan que Dios está en medio de ellos y que se produzca en ellos ganas de volver a reincorporarse a la Iglesia, ya que muchas veces es ahí donde se debe acentuar el mensaje porque son momentos en que la persona experimenta la alegría de que su hijo(a) reciba este sacramento que lo lleve a sentirse amado por Dios y en la tristeza que sienta el consuelo que Dios le entrega en forma silenciosa.

Pero todo esto debe ir muy acompañado con la ayuda del Espíritu Santo en el que debemos dejarnos confiar para encontrar las palabras adecuadas en las cuales se va anunciar la Palabra y entregar a otros de la mejor forma esta Palabra vivificante que transforma toda nuestra vida y nos hace crecer en la verdad con humildad, sin hacer aspavientos sino todo lo contrario contagiarse de este Dios, como lo hizo Pablo que desde su debilidad se convirtió en ese apóstol que supo llegar a todos y con un convencimiento que atrajo a muchos a conocer a Jesucristo el Hijo de Dios.

De verdad con este gran desafió que el Papa Francisco pone en todos los católicos el de salir al encuentro del otro, a llegar donde realmente se necesita la Palabra, ojala que nos sucediera que todos de una u otra forma nos sintamos a llevar este mensaje, en nuestras familias, en nuestros trabajos, barrios donde se esté insertó para producir en otros con nuestro ejemplo de vida que ellos también están llamados a germinar y producir los efectos de transformación.

Un sabio sacerdote que para él lo más importante es ser compresivo y bondadoso con la gente y darles a entender que el Señor los quiere. Trato siempre de acentuar lo positivo del mensaje. Me gusta hablar a la gente poniéndome en su pellejo. (Esteban Gumucio)

Siento que lo que hoy se vive se necesita ser profeta que anuncia y denuncia las injusticias, pero sobretodo la gran brecha de desigualdad y muchas veces estas injusticias son de personas con fe.

Es tan hermoso lo que se produce cuando se lleva la Palabra a lugares donde la gente vive, cuando como comunidad se hace liturgias en sitios abiertos o cuando se hace el Vía Crucis como la gente se acerca o cuando se bendice un hogar o una persona realmente así estamos acercando a Dios y también a la comunidad.

Hugo Ramírez Cordova.

OvalleHoy.cl