Cecilia Araya Aracena es orientadora y educadora de párvulos con larga trayectoria en la educación municipal y desde allí ha visto el esfuerzo de las mujeres ovallinas por sacar adelante a sus hijos. A pesar de la mayor igualdad que existe hoy entre los géneros, afirma que dentro del hogar aún son ellas “las que se llevan el mayor peso”.
Madre de tres hijos y esposa del actual alcalde de Ovalle, Claudio Rentería, Cecilia se define como una mujer de esfuerzo, una profesional muy responsable, con un gran interés por lo social, que está “donde las papas queman”, siempre ligada al trabajo con las madres y por sobre todo “ovallina de corazón”.
“Todo me liga a Ovalle”
Cecilia Araya es hija de agricultor y comerciante, de familia ovallina de toda una vida, dejó el terruño por un corto período cuando se fue a estudiar a la universidad en Antofagasta. Cuando egresó tuvo muchas ofertas de trabajo en esa ciudad pero optó por volver al Limarí.
Su primer trabajo fue en el Colegio Amalia Errázuriz, pero asegura que “siempre quise hacer una labor social, entonces después de un tiempo renuncié y me fui a trabajar en la Junta de Jardines Infantiles”. Allí trabajó cerca de 6 años y luego del nacimiento de su primera hija se trasladó a una escuela, pero “siempre ligada al trabajo con las madres”.
Después de casi 24 años en la Escuela Arturo Alessandri, postuló a la vacante de orientadora en la Escuela Antonio Tirado Lanas, cargo que desempeña hace cinco años.
¿Cómo se desarrolla el trabajo en una escuela vulnerable como esta?
Esta escuela tiene un porcentaje de 92% de vulnerabilidad. Me vine como un desafío, quise hacer un trabajo más llegado a la familia y creo que lo hemos conseguido junto con el director y la unidad técnica. Es difícil porque en el día a día recibimos problemas familiares y generalmente las que apechugan son las mujeres, aquí hay un gran grupo que son monoparentales. Siempre estoy solucionando problemas, escuchando e indicándoles a dónde tienen que dirigirse para tener mayores beneficios. Así que conozco la realidad de la comuna, no es que yo sólo hable, lo practico, estoy donde las papas queman.
«Acá tenemos gran cantidad de mujeres trabajadoras, tratamos de darles herramientas para que se organicen y puedan realizar sus labores de mejor forma».
En sus años de trabajo ¿cómo ha cambiado la educación en la comuna?
Viví la parte de la educación cuando llegaban los recursos y lamentablemente la administración anterior no fue lo mejor y no llegaban a las escuelas. Se perdieron muchos de esos recursos que podríamos haber hecho cosas importantes. Hoy veo que está mucho mejor. Claudio ha tenido el compromiso con la educación, ha sido muy de terreno. Ya dio el inicio del año escolar pero visitó previamente las escuelas, estuvo con los profesores, con el personal no docente, los instó a trabajar, que lo hicieran con cariño, con dedicación y que se comprometieran.
Pero, ¿qué otros cambios ha visto?
Estamos en otros tiempos. Yo empecé en el tiempo en que las madres se dedicaban solamente a ser dueñas de casa y a sus niños. A veces me encuentro con ellas, sus niños ahora son profesionales porque era el trabajo dedicado a la casa. Había gente con esfuerzo, que lavaba en su casa e incluso no tenían alcantarillado y así y todo sacaban a sus hijos adelante. Pero en la realidad de ahora, la mujer salió al mundo del trabajo, por lo tanto tiene que estar menos tiempo en la casa.
Este cambio, ¿ha influido en los estudiantes?
Si, por eso en las escuelas en el área de la orientación, trabajamos muy cercanos a la familia, es menos tiempo que se pasa con los niños, pero siempre les digo a las mamás que es cosa de organizarse. Acá tenemos gran cantidad de mujeres trabajadoras, tratamos de darles herramientas para que se organicen y puedan realizar sus labores de mejor forma. Yo empecé a trabajar cuando egresé y también me perdía gran parte del tiempo con mis hijos, pero uno tiene que aprender a manejar los tiempos y que sean efectivos. La familia es donde se enseñan los valores y nosotros los reforzamos como escuela.
Primera dama comunal
Cuando su marido, a quien conoce desde los trece años, le contó que quería ser alcalde, no dudó en apoyarlo. Aunque admite que los tiempos de campaña fueron difíciles y que su vida familiar ha cambiado, dice que “el cargo de Claudio en la alcaldía lo he tomado con mucha responsabilidad” y que si decide postular a la reelección lo va a seguir apoyando. “Cuando veo que hace las cosas con agrado, le digo que lo voy a acompañar en esta tarea”.
¿Cómo tomó la idea de que su marido quisiera ser alcalde de Ovalle?
Claudio siempre trabajó en la municipalidad. Cuando egresó como ingeniero tenía muchas posibilidades en otros lados, pero siempre le gustó el servicio público, yo le decía ‘porque no te vas a una minera’, pero cuando lo llamaron de la municipalidad se quedó porque le gustó el trabajo.
Como secretario municipal y con otros cargos que desempeñó, lo hizo como carrera funcionaria. Durante la administración anterior, que no lo hizo bien, él decía ‘cómo poder ayudar este cuento’, porque veía que habían recursos que se estaban mal administrando y no podía hacer nada. Yo lo veía en el día a día con mis colegas, que me decían que faltaban cosas, que no se habían pagado las imposiciones. Cuando me planteó que quería ser alcalde, porque quería un cambio, le dije “te voy a ayudar porque sé que eres de servicio público y sé que lo vas a hacer bien”.
«Cuando vez que tu marido le pone empeño, se saca la mugre y trata de hacerlo lo mejor posible, eso te da fuerza para apoyarlo porque no te está vendiendo una imagen externa».
¿Cómo fueron los períodos de campaña?
Muy difíciles porque en la campaña no éramos más de diez personas, un grupo de colegas que estaban en otra escuela me ayudaban y la gente que me conocía. Mis apoderados me ayudaron mucho porque ellos también pedían un cambio. A veces cuando terminaba la jornada escolar tenía que salir a batallar porque no teníamos muchos recursos. Tuve que ir a la radio en una oportunidad y le pedí a la gente que le diera la oportunidad a Claudio. Fue cansador pero dio frutos, creo que la gente se da cuenta cuando uno actúa con la verdad.
Siempre he tratado de ayudarlo, cuando le digo que se está desgastando mucho me responde que lo hace con agrado, siempre ha dicho “me gusta lo que hago”.
¿Cómo se vive el día a día siendo la esposa del alcalde?
Lo veo poco, es complicado porque no ha sido mi mejor año, he tenido a mi mamá enferma y ahora una cuñada con una enfermedad complicada como el cáncer. El año pasado no pude hacer más cosas, trataba de acompañarlo lo máximo posible. Siempre tiene cosas que hacer, asiste a todas las invitaciones que le hacen, incluso el día domingo. Yo le recuerdo que acordamos que los domingos eran familiares, pero me dice “si un ratito no más, voy a un partido de fútbol, voy a entregar un galvano y me vengo”.
A duras penas lo saqué de vacaciones, me acompañó, pero siempre conectado, yo le decía que apagara el celular, pero es una cosa casi imposible.
¿Cómo es la relación que tienen ustedes?
De muy chiquitita nos conocimos y empezamos una relación y nos casamos. Las familias más antiguas de Ovalle saben que llevamos esta relación de toda la vida, he vivido más tiempo con Claudio que con mi familia. Lo conozco muy bien. Yo soy muy sincera y hablo las cosas claramente, entonces cuando tengo algo que decirle se lo digo no más, estoy pendiente de su gestión, evaluando las situaciones, he sido apoyadora y crítica con la intención de mejorar.
¿Cómo recibe su marido las críticas que le hace?
Bien, confía mucho en mí, como yo también en él. Desde los trece años conociéndonos nos miramos y prácticamente ya sabemos lo que estamos pensando.
Pero además, soy súper responsable como mujer, me queda poquito tiempo para jubilar, me puedo hacer un análisis y creo que mi trabajo lo he hecho con responsabilidad y también el cargo de Claudio en la alcaldía lo he tomado con mucha responsabilidad. Cuando las colegas me preguntan les digo que tengo tres familias: mi casa y mis hijos; la casa de mi mamá que está enferma y debo asistir; y la otra familia es la comunidad, la más grande y la que más me desgasta.
Pero cuando vez que tu marido le pone empeño, se saca la mugre y trata de hacerlo lo mejor posible, eso te da fuerza para apoyarlo porque no te está vendiendo una imagen externa.
«Creo que ha hecho una gestión efectiva (Rentería), hay muchas cosas que mejorar pero son dos años que lleva en el cargo, había mucho desorden con tantos millones que quedaron en la deriva y nunca se ha sabido dónde están».
¿Si su marido decide postularse a una reelección usted lo va a apoyar?
Cuando ves que tienes un familiar delicado de salud, te cuestionas como persona. Pasa el tiempo tan rápido, yo veía a mi mamá tan llena de vida, ella me ha cuestionado este cuento, porque por pequeñas cosas pierdes tiempo, la salud. Me preocupa que Claudio esté siempre de acá para allá y que de repente, ni Dios lo quiera, las enfermedades vienen. Pero cuando me dice que le gusta y que quiere hacerlo, cuando veo que hace las cosas con agrado, le digo que lo voy a acompañar en esta tarea. Ojalá que la gente así lo sienta.
Además, lo apoyé porque sabía que podía hacer bien la pega, que era comprometido, no es una persona que está inventando, él es tal cual es. Si se acerca a las personas y las saluda con cariño, es porque le nace en ese momento, no es que esté haciendo teatro. Una niña lo saludó en el supermercado y le dijo “no sabía que los alcaldes compraban en los supermercados”.
¿Cómo evalúa usted la gestión de su marido?
Creo que ha hecho una gestión efectiva, hay muchas cosas que mejorar pero son dos años que lleva en el cargo, había mucho desorden con tantos millones que quedaron en la deriva y nunca se ha sabido dónde están. Claudio ha tenido que asumir deudas millonarias con Arquimed, que pensábamos que se llevaba todo el dinero, pero se les debía. Ahora pueden venir de Contraloría y tenemos todo ordenadito, ese es un sello de su trabajo, por sus años de experiencia en el municipio se maneja con mayor facilidad. Ahora se van a empezar a ver los proyectos y las cosas que quiere hacer en la comuna después del ordenamiento que le ha quitado tiempo y mucho esfuerzo.
Por último, ¿cómo ve la distribución de roles y funciones del hogar en las familias actuales?
Yo pienso que siempre es la mujer, nosotros lo vemos en la escuela, quienes vienen más a las reuniones de apoderados son las mujeres, son pocos los hombres. En la casa, en el trabajo es siempre la mujer. Se ha ido cambiando, cuando conversó con las jóvenes me dicen que los maridos ahora si las ayudan un poquito, pero en este sector hay muchos que trabajan en el norte, entonces quienes se llevan el mayor peso son las mujeres porque pasan el día a día con los hijos, donde se llevan el peso más grande es en el hogar.
Por Claudia Guerra Calderón