El insólito hecho ocurrió ayer en la parte alta de Ovalle y movilizó a voluntarios de una compañía del sector que concurrió al lugar.
En las últimas horas de la tarde de ayer lunes la alarma de la Sexta Compañía de Bomberos de Ovalle, ubicada en la población Atenas de nuestra ciudad llamaba a sus voluntarios a un siniestro estructural que estaba ocurriendo en la esquina de Blanco Encalada y El Talhuén, según una información telefónica. De acuerdo al llamado, una gran humareda estaba saliendo desde el interior de un recinto particular lo que hacía presumir que se trataba de un incendio que estaba en su fase de inicio.
Los “chicos buenos” reaccionaron de inmediato y concurrieron al lugar con una máquina de su unidad y los respectivos voluntarios, aunque con la sorpresa, al llegar al lugar, que en estricto rigor no se trataba de un incendio sino que de una parrilla en la que se comenzaba a preparar un asado, al parecer como término del año escolar.
No es la primera vez que ocurre algo similar en Ovalle, porque siempre los bomberos, aunque existe un protocolo, están en la incertidumbre de si existe tiempo para verificar la existencia del siniestro o sólo se trató la apreciación de un vecino temeroso que el fuego se extendiera hacia su vivienda; o de un buen samaritano deseoso de evitar un daño mayor en una propiedad. ¿Ir o no ir? That’s the question.
Esto en contraposición con las numerosas llamadas falsas o “pitanzas” que a diario reciben las unidades de emergencia y que a menudo los confunden, al momento de una respuesta instantánea.