
Luego que fuera conocido el incidente del desplome de un muro adicional del Embalse Recoleta como consecuencia de la presión del agua, para evitar daños en la misma los administradores del más antiguo embalse del sistema Paloma resolvieron postergar la habilitación de la cortina instalada hace 14 años sobre el vertedero y que nunca ha sido utilizada.
Entre los años 2002 y 2004 fue instalada sobre el vertedero del embalse Cogotí una especie de cortina inflable (Ruberdamm) de 150 metros de largo y tres de diámetro, con un costo de US$ 3 millones, costeados de manera compartida entre el Fisco y los regantes. El objetivo era recuperar alrededor de 22 millones de metros cúbicos que en los últimos años ha perdido el embalse como consecuencia del sedimento que ingresa desde sus afluentes y permanece en el lecho. Su instalación se efectuó bajo la supervisión de profesionales de la Dirección de Obras Hidráulicas.
Sin embargo una sequía muy extensa y la ausencia de lluvias impidieron que la represa, originalmente de 150 millones de m3 (pero hoy de 136 millones) alcanzara su máxima capacidad, por lo que la nueva inversión quedara sin un uso práctico hasta hoy. Sólo pruebas de mantención realizadas periodicamente.
“Pensábamos que nos íbamos a morir y nunca veríamos funcionando el Rubberdamm”, dice riendo Cipriano Miranda, administrador del embalse .
Pero cuando el fin de semana, luego de la importante lluvia que casi colmó la represa, se aprestaban a destapar champaña y celebrar el momento tan esperado, lo ocurrido con el embalse Recoleta, y el sentido común, obligaron a cambiar los planes.
“Y decidimos no usar el Rubber Damm hasta que se produzca el deshielo en noviembre y diciembre de manera de embalsar aguas tranquilamente y dejar escurrir libremente por el vertedero una probable avenida. De todas maneras se va a tratar de dejar un «colchón» de 5 – 6 millones de metros cúbicos de agua. En estos momentos se están evacuando 6 metros cúbicos por segundo y la entrada hoy (ayer) estaba en cinco, entonces eso va a producir un especie de colchón para prevenir alguna futura avenida de agua ”, agrega el funcionario.
Explica Miranda que el motivo de la medida es la gran cantidad de material como troncos y ramas de todos tamaños que han ingresado en los últimos días por los ríos, material que presionado por el agua, podrían dañar la goma. Entonces aguardarán que este material pase por sobre el vertedero y el embalse quede despejado de elementos que pongan en riesgo la cortina y la inversión.
“Entonces en primavera, cuando vengan los deshielos, inflaremos la cortina para que cumpla finalmente su objetivo, pero sin riesgos innecesarios”, concluye.
El embalse Cogotí tiene una capacidad de embalsamiento de 136 millones, aunque en la actualidad mantiene 134 millones.
M.B.I.
