Si se mira desde el punto de vista del contribuyente, la respuesta salta a todas luces y esta sería menos impuestos, ahora si le preguntamos al Estado, la respuesta puede ser un depende, pero es habitual que tienden a pensar en más impuestos, ya que el Estado en general, no genera riqueza, sino que más bien las gasta.
La pregunta a mí entender debiese ser otra, porque si un país tiene altos impuestos e igualmente tiene mucha pobreza, esto se debe principalmente porque la sociedad en sí, no funciona si no hay un adecuado manejo de las riquezas y por más que se suban los impuestos si no se tiene un “buen administrador” ser irá de mal en peor.
La pregunta creo yo debiese tener que ver con la legitimidad de estos y la utilidad que ellos reporten, porque cierto es que se debe financiar el aparato público, pero quizás sería un poco más equitativo si quienes tienen menos recursos, se les devuelve por ejemplo el IVA. Poco a poco se ha ido avanzando en términos de trasparencia, ha habido un cambio pequeño, pero significativo en cuanto a que este año se informó en que se gastó el dinero de nuestros impuestos por medio de las cartolas del SII. Otra cosa ciertamente es que no nos preguntaron si queríamos que nuestros impuestos se destinaran a A, B, C o D y en esa cantidad, pero al menos se ha avanzado un mínimo en trasparencia.
Porque realmente si uno se pone a pensar cuanto es lo que se paga en IVA la cifra en algunos casos puede llegar a ser grosera, es cosa de pensar que si acudimos por ejemplo al supermercado y todos los productos están sin este impuesto y luego al momento de pagar en la caja se informe cuanto es el sobrecargo por el impuesto, creo que muchos comenzaríamos a sacar productos de la compra. De hecho, un estudio realizado en octubre del año pasado (2019) por Libertad y Desarrollo, estableció que en promedio trabajamos en el año 72 días, sólo para pagar los costos de la burocracia estatal, es decir, sería como trabajar desde el 21 de octubre hasta el 31 de diciembre sólo para mantener al Estado. Por eso al momento de pensar en impuestos, pensemos en su legitimidad y no “tiremos” frases para la “galería” como “impuestos para los super ricos”.
Ya que más que mal, no se puede multiplicar la riqueza dividiéndola, palabras que fueron utilizadas en su momento por el evangelista estadounidense Adrián Rogers, cuando se refirió al rol del Estado como distribuidor de las riquezas a punta de impuestos, porque si bien estamos de acuerdo con que exista una redistribución del capital de manera eficiente y para los más necesitados; no es menos cierto que no se debe acostumbrar a sólo recibir porque al momento de cesar esta ayuda quedarán de manos cruzadas, es por ello que esto debe ir unido con la capacitación. No basta sólo con entregarle el pescado a la persona, sino que lo que debiese hacerse, es enseñarles a pescar para que estos se puedan sostener por sí mismos en un futuro.
He ahí la importancia de las palabras de Rogers, que nos dicen que “todo lo que una persona recibe sin haber trabajado para obtenerlo, es otra persona la que deberá haberlo trabajado para ello, pero sin recibirlo. Por lo que el Gobierno, no puede entregar nada a alguien sin antes habérselo quitado a alguna otra persona. Cuando la mitad de las personas llegan a la conclusión de que ellas no tienen que trabajar porqué la otra mitad está obligada a hacerse cargo de ellas y cuando esta otra mitad se convence de que no vale la pena trabajar porque alguien les quitará lo que han logrado con su esfuerzo, eso es el fin de cualquier Nación”.
Porque si castra de esa manera a la clase trabajadora, a punta de impuestos con pretexto de distribuir la riqueza, lo único que va a generar es que los que trabajan y producen no lo hagan más o bien ocupen la “ley del mínimo esfuerzo”, porque finalmente los que reciben sienten que es una obligación darles, no siendo esto cierto. Pudiendo incluso encontrarnos frente a personas que se acostumbran a que todo se le regale y la verdad como dijo Abraham Lincoln “no hay mejor moneda ganada, que aquella que se obtiene por el sudor de la frente”, es labor de todos, cambiar ese pensamiento de conformismo y de sólo esperar que me den, sin poner a cambio algo de esfuerzo, de hecho ya lo decía Marco Tulio Cicerón “…la gente debe aprender nuevamente a trabajar, en lugar de vivir a costas del Estado”.
El mejor ejemplo de superación y progreso es el que experimentó Alemania después de la guerra mundial, en donde esta Nación sólo aceptó como ayuda maquinarias con el fin de darles trabajo a todas las personas y así reconstruir el país. Estos son ejemplos que debiésemos seguir y no andar proponiendo impuestos a los super ricos o promoviendo pensamientos divisorios y odiosos, porque finalmente lo que se logrará es todo lo contrario a lo deseado, se debe pensar y estudiar las materias antes de hablar por hablar cuestión que a muchos de nuestros honorables les hace falta hoy en día.
Susana Verdugo Baraona.
Pediatra y ex Gobernadora de Limarí