A quienes estuvimos casi hasta la medianoche del sábado en la plaza de armas para estar presentes en la jornada final de la Teletón 2018 era inevitable preguntarse cómo se las arreglarían las personas que tendrían a cargo la limpieza del lugar en las horas siguientes.
“Terminado el espectáculo se comienza de inmediato al despeje y el aseo del lugar”, nos había dicho el alcalde Rentería en la misma noche, aunque no pudimos evitar una expresión de escepticismo.
Es que era tanta la gente que había, consumiendo cosas y no preocupados precisamente de mantener la limpieza; tantos los comerciantes ambulantes autorizados (cada uno pagó un derecho de $40.000 depositado en el banco), era tanto el entusiasmo que era difícil imaginar el trabajo que habría para limpiar todo eso.
Al día siguiente, cuando pasamos por el lugar alrededor de las 11.00 horas nos asombró observar que el sector de calle Vicuña Mackenna entre Victoria y Miguel Aguirre, no solo estaba libre de la gigantesca estructura del escenario central, sino que además exhibía una pulcritud asombrosa, con el tránsito vehicular absolutamente expedito. Era difícil creer que unas horas antes en el lugar había miles de personas.
El personal de aseo y de producción del evento, cuando el resto ya se había retirado a sus casas para descansar o para celebrar el éxito de la campaña, necesariamente debió trabajar de madrugada varias horas para conseguir ese resultado.
Mis respetos para ellos y la calidad de su labor.
M.B.I.
