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Mujeres y educación superior: disminuyendo brechas a punta de esfuerzo

El número de mujeres que ingresa a la educación superior y el de tituladas en nuestro país, incrementa todos los años,  un espacio ganado con esfuerzo y en el que poco a poco demuestran su liderazgo.

Durante el año 2019 el 53% de las matrículas de la educación superior fue de mujeres, quienes ingresaron a alguna Universidad, Centro de Formación Técnica o Instituto Profesional, según datos entregados por el Servicio de Información de Educación Superior, del Ministerio de Educación. 

Mientras que  en el año 2018 del total de titulados el 56.6% fueron mujeres, una cifra que en los últimos 10 años aumentó en un 121%. Si bien estos números demuestran que hoy las mujeres pueden acceder a la educación superior y finalmente obtener un título profesional, en un mayor porcentaje que los hombres, aún deben esforzarse más que sus colegas para demostrar sus competencias, sobre todo en carreras que han sido tradicionalmente masculinas.

Es por ello, que desde las instituciones académicas se realizan esfuerzos para favorecer el desarrollo de las profesionales e incluso existe una especial preocupación por generar las condiciones para que ellas logren acceder a cargos directivos, no solo dentro de los establecimientos de educación, sino que también en diversos ámbitos de la sociedad. 

Marcela Castillo es Directora Académica del IP-CFT Santo Tomás sede Ovalle, y desde el cargo que ocupa ha sido testigo de cuánto deben esforzarse las mujeres para lograr las mismas metas que los hombres.  

Para ella, “hoy tenemos un desafío tremendo de empoderar a la mujer, para mí es un orgullo  dirigir un proyecto educativo en Ovalle con todo lo que significa, pues hoy, una de las grandes dificultades tienen que ver con la dualidad o triplicidad de funciones que tienen las mujeres. Desde esa perspectiva, todas hemos hecho un esfuerzo por equilibrar la vida entre la familia y el trabajo, y en Santo Tomás estamos apoyando, a través de instancias de gestión educativa a nuestras estudiantes mujeres para que puedan movilizarse, desde la educación superior y ocupar cargos para el desarrollo de la comuna”.

A esto, la directiva agrega que el año pasado se firmó un acuerdo voluntario de Equidad de género en órganos directivos de educación superior, al que suscribieron  61 universidades, 41 institutos y 48 CFT, puesto que “la idea es potenciar el rol de la mujer en educación superior, para que ocupen cargos de jerarquía, sólo un 23% de las mujeres ocupa algún cargo ya sea vicerrectoría, dirección nacional de área, entonces se está potenciando mucho el trabajo de la mujer en este rol”. 

Liderando carreras tradicionalmente masculinas  

En las 23 sedes de Santo Tomás, de Arica a Puntarenas Arenas estudian más de 57 mil estudiantes y han egresado cerca de 140 mil mujeres. Además, a nivel nacional, más de 4.600 académicas y docentes cumplen cada día un rol fundamental en la enseñanza de los y las estudiantes, quienes trabajan en conjunto con rectoras, vicerrectoras, directivas y colaboradoras. 

Sofía Rojas, Topógrafa, Egresada en Ing. Geomensura es una de ellas, como docente y Jefa de Carrera de Topografía, en la sede ovallina, motiva a las pocas mujeres que optan por una carrera del área de la ingeniería, gracias a su trayectoria laboral y experiencia, busca transmitir el mensaje de que “nada es imposible”, de que sí se pueden lograr los objetivos, y de que es necesario contar con el talento femenino en esta área. 

La profesional además de ser docente, tiene su propia empresa de servicios topográficos,  anteriormente tuvo una empresa de proyectos de construcción, puesto que también tiene un título como Dibujante arquitectónico. A esto se suma el hecho de que es la única mujer miembro de la organización del Congreso Internacional de Ingeniería Topográfica, Agrimensura, Catastro, Geodesia, Geografía y Geomática, realizado por profesionales del área, de diversos países sudamericanos. 

Según comenta Sofía Rojas, cuando inicio a trabajar de forma independiente, siempre pensaban “que era la secretaria, cuando  mi título era dibujante arquitectónico, les costó al principio entender que era yo la dueña de mi oficina, que era la única persona que hacía todo”.

Por otra parte, cuenta que cuando empezó a desempeñarse como jefa de carrera  tuvo generaciones sin mujeres, “eran solo hombres, algunos estudiantes tenían mi edad, era terrible tratar con ellos porque soy bastante empoderada en lo que hago, y a los hombres les molesta un montón que la jefa de carrera sea mujer, que la profesora los mande o los corrija, eso es complicado”. 

Sin embargo, la profesional señala que “desde el 2010 empezó a aumentar la cantidad de mujeres que entran a la carrera o se interesan por una carrera de ingeniería o de las ciencias duras”, a esto agrega que, lamentablemente, “desde el colegio estamos condicionadas a estudiar una carrera de educación o de la salud, estamos perdiendo mucho talento, porque sin duda hay parte de la ingeniería donde necesitamos lo que la mujer solamente tiene, que es la delicadeza, precisión, la mujer tiene algo que sin duda aporta a la industria”. 

Maternidad y estudios

Un factor que complejiza, sin duda, el desempeño en la educación superior para algunas mujeres, es la maternidad. En algunos casos, las mujeres deciden continuar con sus estudios al mismo tiempo que se dedican a maternar, mientras que en otros, los estudios son postergados por esta razón y, a veces, retomados cuando los hijos ya han crecido.

Es por ello que las instituciones académicas generan instancias que permiten reforzar el aprendizaje de las estudiantes. En este sentido, Marcela Castillo asegura  que en Santo Tomás es frecuente tener mujeres adultas con familia que deciden continuar o empezar sus estudios, por lo que las apoyan “a través de distintas iniciativas que tienen que ver con el aprendizaje en sí, muchas veces ellas han dejado olvidado el estudio, entonces lo vamos potenciando con técnicas de aprendizaje y también con el desarrollo de habilidades blandas que tienen que manejar”.

Por su parte, Sofía Rojas cuenta que como jefa de carrera trata de transmitirles a sus alumnas que son madres, que pueden contar con ella como confidente, “que si no pueden dejar a sus hijos, pueden llevarlos a clases, yo me hago cargo de ellos, les hago un ejercicio, en la sala hablamos de esto y generamos acuerdos como en familia, en que todos tenemos que apoyarnos. Nuestros hijos forman parte de los logros del estudio”. 

A esto, la docente agrega que, “sin duda, las chiquillas que van a estudiar topografía, lo hacen principalmente por sus hijos, la mayoría son madres solteras, han vivido episodios de violencia intrafamiliar, vienen con la autoestima baja, y tanto Santo Tomás, con sus redes de apoyo, como yo personalmente, somos los primeros en estar ahí, porque entiendo que a veces uno baja los brazos y siente que no lo va a lograr, pero tienen que reaccionar porque si se puede, nada es imposible”. 

OvalleHoy.cl