InicioultimasOpiniónNadie sobra, toda vida tiene igual dignidad.

Nadie sobra, toda vida tiene igual dignidad.

En la presente columna, al igual que la que escribí hace un tiempo; no me voy a referir ni al origen de la vida; tampoco haré alusión a las políticas de salud pública, ni a las tres causales de aborto que se aprobaron por la Cámara de Diputados y que la Comisión de Salud del Senado lo aprobara la idea de legislar sobre el tema con una votación de 3 a 2.

El debate que quiero entablar nuevamente, es sobre la dignidad humana y para ello dejo planteada las siguientes preguntas, acaso ésta es ¿entregada por la ley? o ¿es inherente a la condición humana? ¿debe estar sujeta a las mayorías o minorías, al populismo? ¿o la dignidad humana debiese ser respetada desde sus inicios y no desde la arbitrariedad de una legislación?. No es cualquier cosa de la que estamos hablando, sino que hablamos sobre una vida humana y es por ello que merece protección; sino lo consideramos como tal ¿qué era antes de que fuese un ser humano?, ¿no es nada?, ¿no vale nada?; ¿es la dignidad algo que pueda entregarse en partes?, ¿acaso es menos digna una persona que tiene una discapacidad?. La dignidad humana es una, completa y desde el inicio de la vida.

Por otra parte, nos encontramos frente a un desfondamiento moral, puesto que la aceptación del aborto es un claro desprecio por la vida y si se utiliza para ello palabras como aborto “terapéutico”, no es más que para confundir a las personas, puesto que no puede haber “tratamiento o terapia para matar”. De hecho, si nos ponemos a pensar en que el que puede lo más como es matar, porque eso es el aborto, ¿porqué no va a poder lo menos? como evadir impuestos, cobrar comisiones usureras, prevaricar, mentir, manipular, engañar, insultar, agredir, robar al electorado, a los accionistas, al cónyuge, a los clientes, a los proveedores y así largo y gran etc. Esto no quiere decir que esté bien, pero ¿si puedo lo más porqué no lo menos?; puesto que una vez que se atropella el derecho a la vida, los demás derechos secundarios y derivados, quedan disponibles y cualquier argumento justificará su vulneración.

Además de lo anterior me gustaría rescatar la tan usada palabra libertad en esta discusión. Se habla de libertad, pero no se respeta la libertad más fundamental, sin la cual nada puede tener sentido, el derecho a vivir, la libertad de vivir.

Es así como también, me parece curioso que personas que por una parte, se identifican como férreos defensores de los derechos humanos o que pertenezcan a un partido que tenga la denominación “cristiana” y por otra voten a favor del aborto o bien digan “vamos a hacer crema con los fetos”, me parece de una contradicción mayúscula entre sus dichos y los hechos y a decir verdad ya estamos cansados como sociedad de “vendedores de humo”, nos merecemos referentes que sean consecuentes y transparentes.

Finalmente para concluir; quiero expresar que si bien yo soy una firme defensora de la libertad, ésta tiene un límite que es la dignidad humana y es por eso que es incompatible la dignidad humana con el homicidio. Es una pena que no se respete la vida y la dignidad de este ser inocente, que es digno de vivir desde el momento de su concepción; las 3 causales no son excepciones, sino argumentos para el camino directo a un aborto libre y sin restricciones.

Dra. Susana Verdugo Baraona.

OvalleHoy.cl