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Nerviosismo en la capital regional

La percepción del Valle del Limarí como un destino menos contaminado y con mayor dinamismo, sumado al esfuerzo de pequeños y medianos empresarios locales y a la llegada de nuevos actores al mercado de la entretención, la gastronomía y el turismo, parece haber puesto incómodos a ciertos actores en la conurbación.

Para nadie es una sorpresa la enorme valoración que está teniendo el Limarí en distintos ámbitos y lo fuerte que se está volviendo en términos de atractivo para los turistas, ya sean nacionales o extranjeros, que lo visualizan como un destino nuevo, por descubrir, sin el atochamiento de La Serena y Coquimbo y que hoy cuenta con una mayor oferta hotelera y gastronómica, gracias no sólo a grandes inversiones nacionales y extranjeras, sino que también al esfuerzo de medianos y microempresarios locales, que han demostrado el potencial de nuestro territorio.

Convengamos de inmediato que esta columna no es para defender ni a empresas ni a inversiones privadas o públicas, sino que para develar lo que hay detrás de ciertas informaciones que buscan mantener el centralismo y el statu quo en la IV Región de Coquimbo, a través de interpretaciones forzadas y falaces, para el beneficio solo de algunos. Dos hechos para muestra.

El primero, en vísperas de Nochebuena. Una información aparecida en un medio online con sede en capital regional fue el primer aviso concreto del nerviosismo de La Serena y Coquimbo ante la creciente valoración del territorio limarino.

Una nota, cuya fuente es la Superintendencia de Casinos y Juego, compara las ganancias obtenidas en el periodo Enero – Octubre de 2016 por los casinos de Coquimbo y Ovalle, remarcando el «negativo» resultado del  establecimiento ubicado en el Limarí, como uno de «los peores resultados económicos de la industria» a nivel nacional.

Las cifras, para empezar, no son comparables, pues el casino de Coquimbo obtuvo sus ganancias en 10 meses, mientras que el de Ovalle lo hizo en 90 días. Tampoco se señala que lo obtenido por el casino limarino, es el equivalente a un 20 por ciento del promedio mensual recibido en el establecimiento porteño, porcentaje que antes se jugaba allá. Someramente, hay algo de «respirar por la herida», en el manejo de esa información.

El segundo hecho, fue la defensa corporativa realizada del aeropuerto y aparecida en televisión, que confirma la incomodidad en la capital regional ante cualquier asomo de descentralización, que es presentado como amenaza . Se les quiere quitar, sustraer, despojar de La Florida cuando es, en realidad, lo contrario: un nuevo terminal aéreo en Tongoy, alternativo a Santiago, reforzaría la llegada de nuevos turistas no sólo a la conurbación, sino que a toda la región.

Angelo Lancellotti González

La mayor exposición del Valle del Limarí como un nuevo destino, menos contaminado y más dinámico, sumado al esfuerzo de pequeños y medianos empresarios y la llegada de nuevos actores al mercado de la entretención, la gastronomía y el turismo, parece haber puesto incómodos a ciertos actores en la Conurbación. Y nuestra única alternativa es seguir desafiando el statu quo.

Por Angelo Lancellotti González

Periodista

 

OvalleHoy.cl