A fines del año 2012, ya se aseguraba que si no llovía una cantidad superior a los 200 mm de agua al año siguiente, la sequía que enfrentaría la Región de Coquimbo sería la más desastrosa ocurrida desde el año 1895, y que en la distribución en el uso de las aguas de las cuencas de los ríos que alimentan los embalses del Limarí y Choapa, era vital tomar decisiones oportunas y rápidas para una necesidad cada vez más urgente, que abordada de manera correcta, podría tener en poco tiempo de vuelta el verdor de los valles.
La crítica situación de sequía, ya había evidenciado gravísimos daños entre la tercera y sexta Región; por ello resultaba impresentable que la presidenta Bachelet acompañada del diputado Tellier, meses antes de entregar su mandato, otorgará en Nueva York la autorización ambiental para que la Minera Barrick Gold, iniciara faenas en el yacimiento Pascua Lama, lo que originó daños irreversibles a los glaciares de la zona y el cierre hasta ahora de operaciones de la minera, por orden de la Corte de Apelaciones de Atacama.
También es impresentable, que habiendo accedido al poder la actual mandataria con el apoyo de un gran número de votantes que integran partidos ecologistas de izquierda, los vecinos de Paine hayan tenido que movilizarse para impedir la instalación de una mega-planta de la CCU, siendo Rodrigo Weisner, el abogado que como director de la DGA en 2008 decretó que el acuífero de donde se obtendrían las aguas ya no soportaba nuevas extracciones, quien representara al proyecto que necesitaba cientos de millones de litros para funcionar.
Por lo señalado, fácil es entender que los actores de la Nueva Mayoría, frente a sus electores se muestran “defensores del agua”, y cuando se trata de obtener réditos económicos, electorales, financiar sus campañas, etc., actúan de una forma muy diferente, por lo que no nos extraña, que ahora trabajen en instalar el proyecto más ambicioso de Codelco llamado Andina 244, que implica la explotación de una mina a tajo abierto a 45 kilómetros de Santiago y que afectará a 26 glaciares, dañando el ciclo del agua en la región Metropolitana, y que este oculto proyecto recién se conociera en enero de este año, considerando una explotación con vida útil de 40 años, estando ubicado a 30 kilómetros del sector Piedra Roja de La Dehesa.
Por el lugar elegido, dos glaciares blancos: Paloma Norte y una punta del Glaciar Olivares, beta que alimenta el Gran Salto del Olivares, la mayor riqueza de nuestras montañas será destruida porque tiene un precio para Codelco: US$ 10.000 millones en 15 años. ¿Y después? ¿Qué beberán nuestros hijos en el futuro? ¿Con qué se regarán los campos que producen nuestro alimento?.
De qué sirve, que el Estado haya creado “Global WaterPartnership Chile”, organización integrada por un transversal grupo de importantes actores de la sociedad civil pertenecientes al Estado, sector privado, mundo académico y a instituciones relacionadas con el agua, cuyo objetivo es consensuar criterios que fomenten la Gestión Integrada de los Recursos Hídricos (GIRH); si ya ha quedado más que demostrado que las personas que nos gobiernan, al momento de obtener popularidad inmediata, o bienestar transitorio, aún a costa de castigar a futuro a nuestros descendientes, por la falta o contaminación del recurso hídrico necesario para nuestra existencia, privilegian sus conveniencias personales, económicas o partidistas en lugar del bienestar común. ¡Total cínicamente pueden echarle la culpa de sus descalabros a situaciones del libre mercado!
Por Susana Verdugo Baraona*
*La autora es médico pediatra y fue Gobernadora de Limarí .