En 1946 Los Juicios de Nuremberg terminaron por condenar a una veintena de jerarcas nazis por diversos cargos tales conspiración, crímenes contra la paz, , crímenes de guerra, y crímenes contra la humanidad o lesa humanidad.
Fuera de los condenados en estos emblemáticos juicios, otros optaron por el suicidio o lisa y llanamente huyeron a distintas partes del mundo amparados en redes de protección o engaños muy bien planificados. Desde aquel año hasta ahora quizás, muchos otros asesinos nazis fueron buscados, perseguidos, enjuiciados (o no) sobre todo por el estado judío y el Mossad . Setenta y cuatro años después ya casi no debería quedar vivo alguno de aquellos protagonistas de tan cruel episodio de nuestra historia como humanidad ( y hay quienes aun niegan si sucedió) . Así la gran mayoría de los nazis vivió sin pagar por los crímenes cometidos. Justo o no, la historia venidera juzgará si merecían juicio y castigo.
, Ciertamente no nos debe extrañar, pues todas las dictaduras y regímenes militares, persiguen, encarcelan y asesinan a quienes son “oposición”. Todas sin excepción sacan a relucir el rostro más oscuro de aquellos quienes llegan al poder; ese poder obnubila, marea y enceguece. Ya sabemos que en nuestro país, la historia no fue diferente y los crímenes de lesa humanidad , a saber “asesinato, exterminio, esclavitud, deportación o traslado forzoso de población, encarcelación u otra privación grave de la libertad física en violación de normas fundamentales de derecho internacional, tortura, persecución de un grupo o colectividad con identidad propia fundada en motivos políticos, raciales, nacionales, étnicos, culturales, religiosos”, etc, ocurrieron aunque algunos aun lo nieguen.
Así como aquellos nazis que huyeron, se ocultaron y no alcanzaron a ser juzgados, en nuestro país hay muchos de esos soldados que habiendo cometido crímenes siguen impunes, amparados en la cobardía de un pacto de silencio entre otros entramados desconocidos. Hay otros que están pagando sus crímenes. Sí, es verdad, en una prisión 5 estrellas, pero no ha de extrañar si tomamos en cuenta que en este país se comenten crimines de antología y a quienes los cometen los multan con asistir a clases de ética o una pinche firma mensual.
Afortunadamente el Señor Mario Carrozas ha intentado hacer justica ante estos crímenes y ha dictado sentencia a 11 militares que secuestraron, torturaron, quemaron vivo a Rodrigo Rojas y Carmen Quintana . Imagino, más bien hago ficción, que el Señor Carrozas ha re leído la historia y en justica, ha querido evitar que suceda lo que ocurrió con aquellos nazis que escaparon y cual príncipes de cuentos anacrónicos, vivieron felices para siempre. Algo de paz para la familia de Rodrigo Rojas y la propia Carmen Quintana.
La historia venidera, al igual que en Nureberg, dirá si 10 o 3 años de presidio es una condena justa para esos aberrantes crímenes.
Mientras escucho la canción , no dejo de emocionarme e imagino como deben estar algunos/as a nivel nacional y varios/as por estos lares que justificaron, justifican y seguirán justificando lo ocurrido con los DD.DD, los torturados y asesinados por la dictadura.
«¿Cuál canción?»
“Las llamas ya no son llamas, son hojas que van cayendo y en el medio de esas hojas, mi voz seguirá viviendo, mi voz seguirá viviendo, RODRIGO ROJAS en llamas, tu voz seguirá viviendo.»… (Illapu)
Por K Ardiles Irarrázabal
Columnista
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