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Operación “legado”

Al fin éste domingo recién pasado, tras cuatro años de mal Gobierno de Bachelet y compañía, pudimos comenzar a respirar mejor y ver un mañana que ya no es incierto, pues definitivamente, comenzaron los vientos de cambio, los tiempos mejores.

Después de la suerte de frenesí legislativo que nació de Bachelet y su coalición durante éstas últimas semanas en donde ésta al parecer sucumbió a sus más primitivos deseos al enviar al Congreso Nacional, proyectos de ley con carácter de urgente, que en definitiva a prácticamente nadie le interesan, nombrando a diestra y siniestra a amigos suyos y amigos de sus amigos en cargos de planta, para dejarlos “amarrados” a un cargo en éste nuevo Gobierno, dándose en pocas palabras todos los gustitos que no se había podido dar en La Moneda, incluso sorprendiendo a personas de su propia coalición por la toma de sus decisiones tan intempestiva y sin consultarle a nadie, como fue por ejemplo; el proyecto de ley de una nueva Constitución; porque no es que Bachelet hubiese enviado un proyecto de ley que buscara pavimentar el camino para un proceso constituyente que pudiese llevarse a cabo ya fuera con elecciones para una asamblea constituyente u otorgando al Congreso el mandato para redactar una nueva Constitución; sino que ella simplemente eligió enviar una nueva Constitución completa como propuesta ante el Congreso Nacional, quedando de manifiesto que lo que la entonces Mandataria quería, era simplemente darse un gustito por su mero capricho.

Como el gustito que se dio al nombrar a su amiga Javiera Blanco, como miembro del Consejo de Defensa del Estado o su intento poco elegante al tratar de cerrar el penal Punta Peuco en sus últimas horas de Gobierno, pues como se había comprometido durante su campaña que lo haría, se encontraba en deuda con esas personas. Es por ello que trató que el decreto se emitiera horas antes de que ella dejara el poder el mismo día 11 de marzo, lo que finalmente no se pudo.

También tenemos el caso en donde la señora Bachelet y compañía no hizo más que mancillar a nuestras instituciones al producirse éste confuso incidente con el nombramiento de un notario para la ciudad de San Fernando, en donde primeramente se había nombrado a una persona y luego ese nombre fue retirado por el Ministro de Justicia de Bachelet, don Jaime Campos, para ser reemplazado por órdenes superiores, por otro decreto de igual fecha por el nombre del ex fiscal del caso Caval, don Luis Toledo, por lo que sin ánimo de ser mal pensados, ni de andar buscando conflicto donde no los hay o tráfico de influencias, si esto no fuera así, por lo bajo, la situación es bien por no decir muy sospechosa, porque justo se reemplaza con el nombre, del hombre que tuvo que investigar a parte de la familia de Bachelet, que eran su hijo y su nuera, por lo que mínimo uno pudiese llegar a pensar pues es completamente plausible que pudo haber ahí una fuerte presunción de que se estaba pagando un favor por el tratamiento que le dio a la nuera e hijo de Bachelet, como la suerte de “pago” que recibió Solange Huerta la ex directora del SENAME, que fue la fiscal del caso tsunami, así las cosas, la verdad es que da para pensar mal, hasta al mejor pensado.

En conclusión, lo único que se puede decir al respecto es que la gestión de Bachelet en sus últimas semanas en el Poder, pero principalmente sus últimos días, no hizo otra cosa que arruinar lo que ella y sus simpatizantes llaman su “legado”, pues demostró fehacientemente escasa por no decir nula consideración para con sus propios aliados políticos, con actuaciones voluntaristas de un personalismo extremo y una escasa falta de visión política que lo único que hizo fue perjudicar a su sector y ensalzar a la que era en ese entonces la oposición y todo por una suerte de reivindicación personal que les hizo mucho daño, porque está claro que lo suyo fue un muy mal Gobierno.

 

Susana Verdugo Baraona.

OvalleHoy.cl