«Algunos datos de la SuperIntendencia de Pensiones muestran que la brecha de género en materia de pensiones llega al 35%, en un claro desmedro que sufren mujeres de nuestro país. Hablamos de más de 1/3 menos que reciben en un escenario de pensiones extremadamente bajas para el costo de la vida actual, a lo que se suma el aumento de costos que enfrentan las personas mayores en su día a día».
Durante la semana recién pasada, nuestro Presidente Gabriel Boric puso urgencia a la reforma de pensiones que se encuentra en tramitación en el Congreso, reforma presentada el 7 de Noviembre del año pasado, y que lamentablemente no ha contado con la voluntad para poder avanzar en su trámite legislativo, y tras 8 meses, la importancia de dicha urgencia la valoramos precisamente en la necesidad de avanzar en su discusión, pero por sobre todo en la necesidad imperiosa que las personas mayores de nuestro país tienen hoy.
El actual sistema de pensiones, que desde 1980 impuso la capitalización individual como mecanismo de ahorro para las pensiones de cada trabajadora y trabajador, lleva ya más de 40 años administrando los fondos previsionales de millones de chilenas y chilenos, con un resultado no sólo preocupante, sino revelador: Si tomamos diversas variables, en el año 2021 y 2022 las pensiones en promedio de las mujeres apenas superaban los 200 mil pesos, (202.328 el año 2021) mientras que los hombres reciben en promedio una pensión de unos 293 mil pesos cuando hablamos de pensiones autofinanciadas.
También, algunos datos de la SuperIntendencia de Pensiones muestran que la brecha de género en materia de pensiones llega al 35%, en un claro desmedro que sufren mujeres de nuestro país. Hablamos de más de 1/3 menos que reciben en un escenario de pensiones extremadamente bajas para el costo de la vida actual, a lo que se suma el aumento de costos que enfrentan las personas mayores en su día a día. Hoy, las pensiones son totalmente insuficientes, y esto es un hecho cierto. Más aún cuando continuamos con un sistema de pensiones que no se encuentra enfrentado a poseer un piso mínimo en el valor de las pensiones otorgadas, sistema que además ha mostrado una extrema fragilidad a los vaivenes del mercado nacional e internacional y por sobre todo que perpetúa una preocupante realidad socioeconómica para quienes han trabajado toda la vida y merecen vivir una vejez digna.
Es por esto, que el debate debe ser franco: debemos contar con una reforma que garantice mejores pensiones para el futuro, pero la urgencia de miles de personas mayores es hoy. Hoy, son ellas y ellos quienes nos han hecho ver lo imperativo de llevar adelante esta Reforma de Pensiones. Hoy, nuestro Estado, a través de la PGU busca establecer un piso que claramente nuestro sistema actual no ha logrado brindar a las y los trabajadores, piso de dignidad que además necesita con urgencia de mayor recaudación fiscal para lograr la tan anhelada universalidad.
Esperamos precisamente, que el debate se centre en estas urgencias, en nuestras personas mayores y también en cada trabajadora y trabajador, que siente que merece una vida digna y un justo descanso con recursos adecuados y que reconozcan tanto el esfuerzo otorgado durante tantos años, como también las necesidades que viven día a día. Hoy, seguimos con más fuerza que nunca diciendo que nuestro país, y nuestras vecinas y vecinos merecen pensiones dignas.
Por: Carolina Tello, Diputada de la República