Hay dos cosas que me molestan de los conductores ovallinos, aparte de otras ocho más, por supuesto, que ya he descrito en comentarios anteriores.
Una de ellas es cuando el conductor de un vehículo que llega por una calle, al llegar a la esquina, y al otro lado del cruce hay vehículos, no se detiene cediendo el paso a quienes llegan por la calle transversal, sean automovilistas o peatones. Y permanece ahí uno, dos y hasta tres minutos entorpeciendo el tránsito hasta que la columna delante de él empieza a desplazarse.
Una práctica que en la que incurren automovilistas aficionados, y – lo que es aún peor – profesionales.
El reglamento del tránsito dice con claridad que si al llegar a una esquina, y la vía al otro lado del cruce está ocupada, el conductor debe detenerse y esperar que se desocupe la calle antes de avanzar.
Pero no, el tontorrón, igual cruza y obstruye el paso de los peatones que quieren atravesar de una acera a otra, y además a los conductores de la calle trasversal que pretenden continuar su camino.
Y lo mismo lo hacen en una esquina en la que hay semáforo, pues creen que el tener aún luz verde al frente, le da derecho para continuar avanzando. ¡No me diga que no lo ha visto, por ejemplo en calle Independencia con Victoria!. O en Vicuña Mackenna con Victoria; o en Libertad con Arauco!.
Otra cosa que me molesta son aquellos conductores que al llegar a una esquina no utilizan oportunamente las luces intermitentes para anunciar un viraje. Simplemente doblan y los peatones tienen que saltar o correr para salvar el pellejo.
O aquellos otros que las encienden, pero ya cuando están a un par de metros de la esquina. Si el tontorrón hubiera comunicado su intención veinte metros antes, los tres o cuatro transeúntes que esperan cruzar la calle achicharrándose al sol al mediodía, podrían haberlo hecho treinta segundos antes.
En un nivel inferior está el tontorrón que dejó la luz del intermitente encendida desde la otra cuadra, y que cuando llega a la esquina siguiente engaña a medio mundo con una falsa señal de viraje.
Son detalles que están claramente establecidos en el Reglamento del Tránsito y que cualquier conductor que hubiere pasado por un examen en una Dirección de Tránsito debería conocer.
Pero, claro, si un peatón se les atraviesa por delante en la esquina, lo tapan a bocinazos o saludos a la anciana madre .
Y si son sorprendidos por un carabinero que les entrega una notificación al Juzgado de Policía local, luego se alejan reclamando:
– ¿Por qué mejor no se ocupan de perseguir a los delincuentes que andan robando y a los que venden drogas y en cambio lo molestan a uno por tonteras?
M.B.I.